La Ilustre degeneración - Géminis Papeles de Salud
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juzgados y redacciones, mereciendo atención especial, la obra <strong>de</strong>l maníaco sexual. Consi<strong>de</strong>rado que<br />
la facultad <strong>de</strong> reprimir el instinto, no fue dada al hombre; la posibilidad <strong>de</strong> que el autor o autores,<br />
fuesen individuos objetivamente respetables; la contingencia <strong>de</strong> que sucesos, objetivamente<br />
inevitables, <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nasen campañas anti<strong>de</strong>mocráticas, como movimientos en favor <strong>de</strong> la pena <strong>de</strong><br />
muerte, a más <strong>de</strong> provocar alarma social, que podría afecta a la clase política en general y las<br />
instituciones <strong>de</strong>l estado, porque a un sádico no se le encuentra fácilmente, se acordó que <strong>de</strong> no<br />
haber testigos o ser silenciables, tan <strong>de</strong>sagradable sucesos no apareciesen en los medios, quedando<br />
relegados al ámbito <strong>de</strong> lo que nunca existió, porque fue contado.<br />
- Un sistema <strong>de</strong> estado, no se consolida <strong>de</strong> la noche a la mañana. ¡Hacen falta siglos!. Si las<br />
personas que lo encarnan, ¡o parecen encarnarlo!, se ven involucradas en cuestión tan <strong>de</strong>sagradable,<br />
aunque sólo sea por pasividad <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r ejecutivo o <strong>de</strong>l judicial, que no pue<strong>de</strong> ir por ahí dando<br />
palos <strong>de</strong> ciego y menos en algo tan <strong>de</strong>licado, per<strong>de</strong>rán el respeto. Y con el respeto <strong>de</strong>saparecerá el<br />
or<strong>de</strong>n. Po<strong>de</strong>mos machacarlos. ¡Tenemos los medios!. Pero si surgen ciertos rumores y toman<br />
cuerpo, ¿quién pue<strong>de</strong> respon<strong>de</strong>r <strong>de</strong> los que manejan esos medios?. ¡Ahí está la cuestión!.<br />
<strong>La</strong> inspectora Ramos discrepó.<br />
- Tapar los menor, por preservar una <strong>de</strong>mocracia naciente, me pareció un <strong>de</strong>satino. Hoy afirmo que<br />
si tapamos lo mayor, ¡no habrá <strong>de</strong>mocracia que preservar!. Nos habremos cargado el <strong>de</strong>recho a la<br />
información. Y convertido el país, en cantera <strong>de</strong> <strong>de</strong>lincuente. No es cierto que función hace al<br />
hombre. Pero le aseguro que la impunidad, genera ejemplo. Hasta el carterista nos pone la cara<br />
colorada. Yo no sé don<strong>de</strong> mirar, cuando nos largan que servimos <strong>de</strong> guarda espaldas al político,<br />
porque roba a lo gran<strong>de</strong>. Y que si le <strong>de</strong>tenemos a él, es porque no saca para pagarnos. ¿Qué les<br />
costaría buscar gente honrada?. No serían más inútiles que los <strong>de</strong> ahora.<br />
De haber estado en su mano, el jefe superior hubiese mandado a Ramos a provincias. Pero la<br />
necesitaba, cuando menos hasta las próximas elecciones. En consecuencia, trató <strong>de</strong> convencerla.<br />
- <strong>La</strong> gente honrada tiene principios. Los principios, en política, traen problemas.<br />
<strong>La</strong> comisario sonrió.<br />
- Yo diría que más trae la coca. Se creen que estar por encima <strong>de</strong> la ley, les hace invulnerables a la<br />
química. Pero su cuerpo reacciona como el <strong>de</strong> cualquiera. Un esquizofrénico, en la calle, es un<br />
peligro. En el po<strong>de</strong>r, ¡una catástrofe!.<br />
Garcés habló cómo si se dirigiese a un niño.<br />
- ¡Vamos señorita!. De no conocerla, creería que es o ha sido consumidora. Debe cuidar sus<br />
palabras.<br />
El <strong>de</strong>sprecio se dibujó en los labios <strong>de</strong> Ramos. Su carrera y el futuro <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> importarle.<br />
- Basta escucharles, para saber que han <strong>de</strong>spegado. De no ser así, no se empeñarían en conseguir<br />
votos, prometiendo lo que nadie les ha pedido. O repitiendo lo que a nadie interesa. Más ganarían<br />
administrando <strong>de</strong>centemente. El dinero o la justicia. Usted sabe como va. ¡Porque si lo sé yo!.-<br />
Ramos sintió que había ido <strong>de</strong>masiado lejos. Replegó velas - Claro que esto lo digo en esta<br />
<strong>de</strong>spacho. En otra parte, ¡no se me ocurriría!.<br />
El jefe mordió el puro, echándose el humo al pecho. <strong>La</strong> joven buscó sus ojos, sin po<strong>de</strong>r<br />
encontrarlos.<br />
- Señorita, le recuerdo que no llegó a comisario por méritos. Fue <strong>de</strong>signada por razones políticas. Y<br />
en política, todos somos reemplazables. Admitamos que tiene usted razón. Que una élite estúpida,<br />
cruel y <strong>de</strong>lincuente ha monopolizado los medios, para amordazar a los irreductibles, porque no<br />
quiere ser criticada. ¡O acusada!. ¡Y vayamos más lejos!. Supongamos que se ha propuesto <strong>de</strong>struir<br />
todos los valores, predicando la satisfacción <strong>de</strong>l instinto, hasta el absurdo <strong>de</strong> la crueldad gratuita,<br />
aplicando una propaganda, subliminal y machacona. Y que lo haga porque lo practicado por<br />
muchos, <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser <strong>de</strong>lito, ¡y hasta pecado!. ¡Pues bien!. Aunque fuese verdad este absurdo, usted