La Ilustre degeneración - Géminis Papeles de Salud
La Ilustre degeneración - Géminis Papeles de Salud
La Ilustre degeneración - Géminis Papeles de Salud
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
- En contrapartida, somos los mejor informados.<br />
- ¡Anda éste!. ¡Tu y los que pertenecéis a la cofradía!. ¡Para lo que os sirve!. Coméis con los<br />
ministros, os recibe el rey, pero <strong>de</strong> lo que os cuentan, no podéis <strong>de</strong>cir una palabra. ¡Off the record!.<br />
Creéis que os informan, pero lo que hacen es instruiros, para que informéis como les conviene.<br />
Por una vez, Maikel no argumentó contra la verdad.<br />
De los viejos tiempos, Gerardo conservaba la costumbre <strong>de</strong> pasar por el club los jueves. Pasando<br />
frente a la barra, pidió un café. Instalado en la butaca <strong>de</strong> costumbre, se disponía a repasar la prensa,<br />
disfrutando artículos que no seleccionaba su secretario, cuando se le apareció Javier.<br />
- Tenemos ceremonia - anunció a guisa <strong>de</strong> saludo.<br />
- ¡¿Otra vez?!.<br />
- ¡Pues sí!. <strong>La</strong> época es mala. Estamos nerviosos y contentamos a nuestros manes.<br />
Se dijo que peor era la suya. Obsesionado por los aquelarres, abusaba <strong>de</strong> la coca que se hacía sentir,<br />
en su capacidad y conducta. Urgente dar reposo a sus nervios, buscó salida plausible.<br />
- ¡<strong>La</strong> sangre me marea!. Lo paso mal hasta en los toros. ¿No podrías disculparme?. Estoy tan metido<br />
como el primero. Es <strong>de</strong>cir, que aunque me que<strong>de</strong> en mi casa, no soy peligroso.<br />
Javier frunció el ceño.<br />
- De lo que pasa <strong>de</strong>ntro, ¡ni alusión fuera!.<br />
- ¡Pero si hacéis ví<strong>de</strong>os!<br />
Su interlocutor se alarmó.<br />
- ¿Cómo lo sabes?.<br />
- Soy obediente, ¡pero no idiota!. Con lo que llevo hecho en la vida, no preten<strong>de</strong>rás que se me<br />
escape un objetivo.<br />
- Pue<strong>de</strong>s suponer que no se comercializan. Pero saberlo es una razón más para que estés. ¡No<br />
chico!. Hay sitios <strong>de</strong> los que no se sale.<br />
Luis se acercó a la mesa, vaso en mano. El político no le había visto.<br />
- ¿Has oído que Gerardo no quiere venir?<br />
El chico se arrellanó en el sofá, junto a Javier.<br />
- Un día se lo propusieron a mi padre. No quiso ir y se creo el servicio <strong>de</strong> Cesar. Con toda su<br />
experiencia, quedo en subalterno <strong>de</strong> un lechuguino, experto en chismorreos. Le hubiese ido peor, <strong>de</strong><br />
no ser por mi madre y por mí, que suplimos. Si llega a oídos <strong>de</strong> Braulio que te rajas, el primer<br />
muerto que salga, ¡te toca seguro!<br />
<strong>La</strong> expresión <strong>de</strong> Javier se ensombreció.<br />
- ¡Pues si pasa tendremos que <strong>de</strong>círselo!. Antes <strong>de</strong> que se entere por otro sitio.<br />
Luis palmeó la espalda <strong>de</strong> Gerardo.<br />
- ¡Pero muchacho!, ¿como me sales con esto?. Empezaba a tomarte cariño.<br />
Gerardo tragó saliva.<br />
- Yo creí que bastaba con meterse en el lío.<br />
Luis miró a Javier<br />
- ¿Has oído algo?<br />
- Absolutamente nada.