La Ilustre degeneración - Géminis Papeles de Salud
La Ilustre degeneración - Géminis Papeles de Salud
La Ilustre degeneración - Géminis Papeles de Salud
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
- ¡De puta madre! Claro que me pagan mejor otras cosas.<br />
- ¿Qué cosas?<br />
Ernesto sonrió malicioso. Explotaba el misterio, porque le favorecía.<br />
- No son para dichas.<br />
Casilda rumiaba.<br />
- Lo que no entiendo es la utilidad <strong>de</strong> hacer la vida imposible a tipos sin importancia.<br />
Ernesto la miró asombrado.<br />
- Dicen lo que lo no <strong>de</strong>ben y hacen pensar a los <strong>de</strong>más. ¿Te parece poco?.<br />
- ¿Pero en qué?.<br />
- Es peligroso todo el que <strong>de</strong>scubre contradicciones. Y lo larga. De lo que dice con la realidad. Y <strong>de</strong><br />
lo que es, con lo que <strong>de</strong>biera ser. Si lo hace a lo loco, no importa. Pero el que argumenta, ¡se jodió!.<br />
Hay que salvar al sistema. Pero sobre todo, ¡a la institución!.<br />
Ocupado igualmente en adornar la imagen <strong>de</strong> la monarquía, tanto en su pasado como en el presente,<br />
Luis pensó que Ernesto podría serle útil.<br />
- ¿Te apetecería trabajar con nosotros?<br />
- ¡Chico!. ¡Si no me queda tiempo!<br />
- No te pido tiempo. Un día sí y otro también apareces en los medios. Opinas, aconsejas y sobre<br />
todo, comunicas y te escuchan. Es <strong>de</strong>cir, que generas opinión. Si no lo hicieses en la buena<br />
dirección, serías uno <strong>de</strong> tus objetos. ¡De elite!. Porque los comunicadores escasean. Tanto que ando<br />
cojo. Que sigas apareciendo en los medios <strong>de</strong> César, ¡no me importa!. Pero te pediré prestado, para<br />
que salgas en los míos. Tendrás más audiencia, ven<strong>de</strong>rás más libros, ganaras más y yo no me moriré<br />
<strong>de</strong> vergüenza, oyendo las estupi<strong>de</strong>ces que largan mis estrellas.<br />
Ernesto puso cara <strong>de</strong> negocios.<br />
- Concretiza<br />
- Medio kilo por intervención.<br />
- ¿Causa?<br />
Luis hizo un gesto <strong>de</strong> hastío.<br />
- ¡<strong>La</strong> que sabes!. Salvar una imagen, que se <strong>de</strong>teriora. No había quien se metiese con un cortesano.<br />
Y ahora critican hasta al rey. Si no cogemos los <strong>de</strong>sconchados, ¡podría pasar cualquier cosa!. Poner<br />
por las nubes a las reales personas, sin caer en el tópico ni en la adulación, no es fácil. Pero lo<br />
consigues.<br />
Ernesto reflexionó.<br />
- Acepto porque soy tu amigo. Que el medio kilo, se me va en humo.<br />
Capítulo 11º<br />
Cuando pasaba <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> un mendigo, Lola <strong>La</strong>ínez Dávalos se santiguaba. Sus padres le enseñaron<br />
que no <strong>de</strong>bía tratar con amigos arruinados, porque la ruina se pegaba. Adulta, concluyó que el pobre<br />
contagiaba su miseria. Al no conocer amuleto más eficaz, que el mímico <strong>de</strong> la señal <strong>de</strong> la cruz,<br />
repetía el gesto, en público y en privado. Tanta era la costumbre, que en cierta ocasión lo ejecutó en<br />
presencia <strong>de</strong> Satanás, librándose <strong>de</strong> la reprimenda, porque pasó inexplicablemente inadvertido. Que<br />
la materialización <strong>de</strong>l Dios <strong>de</strong>l mal no se diluyese, no le hizo temer que fuese más fuerte que la<br />
cruz, ni sospechar que la presencia <strong>de</strong>l rey <strong>de</strong> los infiernos, quedase en efecto <strong>de</strong> alucinación