08.05.2013 Views

La Ilustre degeneración - Géminis Papeles de Salud

La Ilustre degeneración - Géminis Papeles de Salud

La Ilustre degeneración - Géminis Papeles de Salud

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

- ¡Dos noches!.<br />

- ¡Sí hijo!. ¡Con sus días!. Des<strong>de</strong> el viernes no te echo el ojo. ¡Es lunes!.<br />

Manolo se preguntó quién le trajo. <strong>La</strong> mujer adivinó la interrogante.<br />

- Te acercó <strong>La</strong>rgo. ¡Hecho un Cristo!. ¡No entiendo que ha pasáo!. Por cierto, ¿quién te dio los tres<br />

mil duros?.<br />

Manolo se encogió <strong>de</strong> hombros.<br />

- ¡Pos ni lo sé!. Robarlos no los he robáo. ¡De eso estoy seguro!.<br />

<strong>La</strong> madre arrugó la nariz. Sintió la tentación <strong>de</strong> poner pie en pared, pero se dijo que ningún pobre<br />

ganar, sin empezar perdiendo.<br />

Manolo y Pepe vivieron pendientes <strong>de</strong> <strong>La</strong>rgo. Dejaban pasar las horas junto a la máquina, por si<br />

les buscaba. Intermitente, <strong>de</strong>saparecía o venía seguido, engominado, chulo, con un coche cada vez<br />

más gran<strong>de</strong>. Sabía arrimarse a buena sombra. Les llevó a otras fincas, pero nunca dos veces a la<br />

misma. Siguió la racha <strong>de</strong> los chalets. Pensaron que era una promoción, porque estaban más cerca<br />

y ganaban los mismo, si no más. Cuando empezaron con los pisos, protestaron. Eran menos<br />

generosos.<br />

- Es lo que hay - replicó <strong>La</strong>rgo, escueto.<br />

Manolo quiso conocer un hotel. Le dijo que ni lo soñase.<br />

- Si te pillan, ¡lo tiés claro!. ¡A menores!.<br />

Manolo y Pepe no leían periódicos, pero se paraban en los kioscos: Una foto le <strong>de</strong>jó sin habla.<br />

- ¡Ahí va, picha!. ¿Ese no es el <strong>de</strong>l otro día?.<br />

Lo comentaron a <strong>La</strong>rgo. Se puso muy serio.<br />

- ¡Nosotros, como el mono!. Oír, ver ¡y callar!. No conocer quita problemas.<br />

Una mañana Manolo se <strong>de</strong>scubrió las tetillas cubiertas <strong>de</strong> ampollas. Había oído que algunos<br />

disfrutaban haciendo daño. A veces se pasaban y el chico no volvía <strong>de</strong>l servicio. Pidió<br />

explicaciones. <strong>La</strong>rgo se encogió <strong>de</strong> hombros.<br />

- Te pagaron doble. ¿O no?.<br />

- Si, pero sí me <strong>de</strong>jan señaláo, no podré ven<strong>de</strong>rme.<br />

Le respondió una mirada displicente.<br />

- Yo..., ¡lo que tú quieras!. Pero <strong>de</strong> estreno no estás. Si no te metes en harina, ¡tendrás que hacer la<br />

calle!. Los gordos pagan género <strong>de</strong> primera. ¡O sin remilgos!.<br />

Un día Manolo salió como un Cristo. No quiso volver a la casa.<br />

- ¡A mí no me tocan un pelo!.<br />

- ¡Ni a mí las pelotas!.<br />

<strong>La</strong>rgo le <strong>de</strong>jó plantado en la calle. A la semana volvió a buscarle, esgrimiendo argumento<br />

palmario.<br />

- Ese joío se ha empicáo con tu culo.<br />

Manolo le siguió, porque estaba seco. Mientras arreaban no dolía y ganaba para reponerse.<br />

Una tar<strong>de</strong>, <strong>La</strong>rgo buscó chicos nuevos.<br />

- Lo siento. Estás mú visto. Si quiés seguir en el rollo, tendrás que trabajar p'al Merca.<br />

Manolo no entendió. Seguía siendo rubio, barbilampiño y hasta se había puesto más guapo que al

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!