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La Ilustre degeneración - Géminis Papeles de Salud

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Virgen y los santos interce<strong>de</strong>n, ¡qué es otra cosa!. Y los extraterrestres, ¡nada!. Claro que conseguir<br />

una gracia, es tanto como hacerla. A veces pienso que D. Jacinto dice todas esas tonterías, por caer<br />

bien a la señora. Pero basta leer el Génesis, para saber que no es verdad. Habla <strong>de</strong> una sola creación.<br />

¡<strong>La</strong> nuestra!. Claro que si la señora quiere que haya dos, ¡no seré yo quien diga lo contrario!.<br />

Aunque saber, lo que dice saber, solo sé que Dios hizo un hombre y una mujer.<br />

- Yo que tu me calmaría. <strong>La</strong> señora se pone <strong>de</strong> un humor <strong>de</strong> perros, cuando alguien pone en duda<br />

que nos visitan. El que pueda presentarle un tipo <strong>de</strong> otro planeta, tiene el porvenir resuelto.<br />

Lola no podía soportar unas flores mal puestas. Convencida <strong>de</strong> que tenían un alma, sabía que les<br />

dolía morir en la fealdad. Al no tener Angustias sensibilidad para la belleza, ni mirándolo bien, para<br />

nada <strong>de</strong> nada, el ramo <strong>de</strong> la consola era un a<strong>de</strong>fesio. Sin po<strong>de</strong>rlo remediar se acercó al jarrón,<br />

armonizando el contenido. Angustias lo agra<strong>de</strong>ció, consciente <strong>de</strong> sus limitaciones.<br />

- ¡Sí hija! ¡Un horror! ¡Ya sé que no tengo gusto!.<br />

Lola daba vueltas a la cuestión <strong>de</strong> los extraterrestres.<br />

- Yo pienso... ¡Pero en fin! No quiero que eso <strong>de</strong> pensar me traiga complicaciones. Por cierto,<br />

¿cómo va Dolorcita?<br />

Angustias arrugó la nariz.<br />

- Ya tú sabes... Unos días bien... otros mal. <strong>La</strong> verdad es que casi no la veo. Des<strong>de</strong> que le pusimos la<br />

boutique, está siempre metida en la tienda ¡Como si la necesitase!<br />

- En mi opinión, se entretiene en lo que sea, con tal <strong>de</strong> no ver al marido. Te dije que la diferencia <strong>de</strong><br />

edad, era <strong>de</strong>masiada.<br />

Angustia espantó el comentario.<br />

- ¡Tonterías! ¡Marco está hecho un chiquillo! Es un hombre lleno <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as. ¿Y qué quieres que te<br />

diga? ¡Los triunfadores no tienen edad!<br />

- Pero en la cama se nota. ¡Que son sesenta contra veinte!.<br />

Angustias hizo un gesto <strong>de</strong> impaciencia.<br />

- Más problemas tendría casada con un joven. A la hora <strong>de</strong> la verdad, eso <strong>de</strong>l amor es filfa. Lo que<br />

importa es gastar lo que te <strong>de</strong> la gana. Y que te paguen la factura. Por cierto. ¡Antes <strong>de</strong> que se me<br />

olvi<strong>de</strong>! A partir <strong>de</strong>l quince, ten cuidado con tu agenda. Braulio quiere otra ceremonia.<br />

- ¿En la casa? - la voz tembló.<br />

- ¿Dón<strong>de</strong> quieres que sea?<br />

Lola se apartó <strong>de</strong>l jarrón. <strong>La</strong>s flores <strong>de</strong>jaron <strong>de</strong> interesarle. El pavor le secó la garganta. Carraspeó,<br />

para recuperar la palabra.<br />

- A mí... ¿qué quieres que te diga? Me dan pesadillas. Aunque te parezca ordinario, antes dormía a<br />

pierna suelta. Pero <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que empezamos con esto, no hago más que tomar pastillas. ¡Así que no!<br />

Cómo no valgo para eso, ¡que busquen a otra!. ¡Con la <strong>de</strong> aficionados que hay!<br />

Hablaba <strong>de</strong> cara a la pared. De haberse girado, hubiese <strong>de</strong>scubierto la imagen <strong>de</strong> la ira, pintada en el<br />

rostro <strong>de</strong> Angustias. Pero al no hacerlo, continuó ignorando que la persona en quien tenía mayor<br />

confianza, fuera <strong>de</strong>l entorno familiar, la mataría con placer, si lo mandaba Braulio o alguien <strong>de</strong> su<br />

entorno. Monocor<strong>de</strong>s los registros <strong>de</strong> su amiga, la voz no reflejó emoción.<br />

- Tú sabes que el fin no pue<strong>de</strong> ser más positivo. ¡Ni más necesario! Santa Filomena, que se aparece<br />

a Pétula casi todos los días, se lo ha mandado. Y es seguro que si lo que hacemos no fuese santo, no<br />

vendría monseñor. Ya sabes que el Dios <strong>de</strong>l bien, hizo al <strong>de</strong>l mal, para que le adorase el mundo. ¡Y<br />

basta <strong>de</strong> explicaciones!. Hiciste los votos y tienes que obe<strong>de</strong>cer. ¡Cómo todos!.<br />

Lola apoyó la frente en el tapizado <strong>de</strong> la pared. <strong>La</strong> piernas le fallaban y el entorno se hundía. Pidió

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