08.05.2013 Views

La Ilustre degeneración - Géminis Papeles de Salud

La Ilustre degeneración - Géminis Papeles de Salud

La Ilustre degeneración - Géminis Papeles de Salud

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

lamentablemente. Que su mujer lo hubiese conseguido, sin mover un <strong>de</strong>do, le molestó tanto, que<br />

estuvo a punto <strong>de</strong> recomendarle que se excusase, por pura envidia. Oliéndose el origen <strong>de</strong> la<br />

distinción y sabiendo a Rosita obstinada, optó por lo contrario.<br />

- Ve, ¡pero discreta!. Carmen sabrá lo que <strong>de</strong>bes ponerte. Algo que te a<strong>de</strong>lgace. ¡Porque hija mía!<br />

¡Vas <strong>de</strong> ballena!<br />

Matil<strong>de</strong> no replicó. Realmente gordo, le humilló que se lo recordasen, pero mucho más que el<br />

marido consi<strong>de</strong>rase el gusto <strong>de</strong> su secretaria, más refinado que el suyo. Sin pedir consejo optó por el<br />

negro, lamentando que nada pudiese disimular su obesidad. Maestra en el arte <strong>de</strong> hacerse sentirse<br />

superiores, a quien consi<strong>de</strong>raba inferiores, Pétula abrió sus brazos al cuerpo rechoncho, <strong>de</strong> posterior<br />

<strong>de</strong>formado, por generaciones <strong>de</strong> banco <strong>de</strong> costura.<br />

- ¡Que alegría que hallas venido! ¡Te voy a presentar! ¡Todas están <strong>de</strong>seando conocerte!.<br />

Cerrados los preliminares, Rosita puenteó a Matil<strong>de</strong>. Siguiéndola como sombra, creó el clima que<br />

acompaña a la amistad, surgida a primera vista, con vocación <strong>de</strong> prolongarse <strong>de</strong> por vida. En el<br />

comedor la instaló en asiento confortable, ahorrándole la molestia <strong>de</strong> acce<strong>de</strong>r al bufete, recibiendo e<br />

impartiendo elegantes codazos. Poniendo en sus manos plato surtido y bebida, consiguió aparte<br />

discreto, aprovechado para informarle <strong>de</strong> su reciente viu<strong>de</strong>dad y <strong>de</strong>l comportamiento ejemplar <strong>de</strong><br />

Gerardo, que habiendo perdido <strong>de</strong> vista al primo en la infancia, por enredos familiares, olvidó<br />

rencillas, poniendo dinero y la cara, para conseguir que fuese inhumado don<strong>de</strong> quería y cómo<br />

<strong>de</strong>seaba.<br />

- ¡Pues no me ha dicho nada! - se extrañó Matil<strong>de</strong>, que nunca oyó hablar <strong>de</strong>l tal primo.<br />

- ¡Él es así! ¡Evangélico! Su mano izquierda no se entera <strong>de</strong> lo que hace la <strong>de</strong>recha.<br />

Deseando evitar que la informasen terceros, la viuda contó la <strong>de</strong>sgracia <strong>de</strong>l difunto.<br />

- Fue víctima <strong>de</strong> la envidia. Y sucedió lo irremediable. Se ha solventado, porque no podía ser <strong>de</strong><br />

otra manera. Pero el disgusto <strong>de</strong> ver su reputación en entredicho, ¡le mató!.<br />

<strong>La</strong> copiosa merienda enlazó con cena frugal. Terminado el festejo, la esposa <strong>de</strong> Gerardo regresó al<br />

hogar transformada en miembro <strong>de</strong> las dos fundaciones, más elegantes <strong>de</strong>l país, a cambio <strong>de</strong><br />

satisfacer por banco cuota elevada, prueba <strong>de</strong> una generosidad, que no la eximía <strong>de</strong> visitar albergues<br />

<strong>de</strong> niños y mendigos varias veces al año y una vez al mes los salones <strong>de</strong> la insigne fundadora,<br />

convencida <strong>de</strong> que la buena relación entre las protectoras, hacía fructificar la obra.<br />

Apenas traspasó el umbral, Matil<strong>de</strong> lanzó la frase, que aguardaba el marido.<br />

- He conocido a tu prima. ¡Un encanto!<br />

El periódico en alto, para ocultar gesto <strong>de</strong> mal humor, Gerardo preguntó, con voz que pretendió<br />

<strong>de</strong>senfadada:<br />

- ¿De qué habéis hablado?<br />

- De todo y <strong>de</strong> nada. Me ha contado lo bien que te portaste. ¡Podías haberlo dicho!. Por cierto,<br />

¿estas libre el sábado?<br />

<strong>La</strong> curiosidad por el empleo <strong>de</strong> su tiempo, le hizo sospecha que Rosita preparaba un nuevo enredo.<br />

Respondió con cautela.<br />

- En principio. ¿Se te ha ocurrido algo?<br />

- ¡Se le ha ocurrido a Rosita! Vamos a pasar el día en su finca. Con los niños.<br />

Gerardo lamentó no po<strong>de</strong>rse librar <strong>de</strong>l <strong>de</strong>seo que le embargaba. Temía <strong>de</strong>jar escapar miradas y<br />

gestos embarazosos, en presencia <strong>de</strong> la esposa. <strong>La</strong> pru<strong>de</strong>ncia aconsejaba eclipsarse hasta el<br />

domingo, esgrimiendo pretexto, <strong>de</strong> los que sobran a los políticos en activo. Pero el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> ver a<br />

Rosita, en día que no tocaba, se impuso a la pru<strong>de</strong>ncia. Diciéndose que caso <strong>de</strong> <strong>de</strong>slizarse signo

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!