La Ilustre degeneración - Géminis Papeles de Salud
La Ilustre degeneración - Géminis Papeles de Salud
La Ilustre degeneración - Géminis Papeles de Salud
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
en uno <strong>de</strong> esos pelmazos, que llaman para <strong>de</strong>cir porquerías. A los dos días encontraron los huesos <strong>de</strong><br />
Vallecas.<br />
- ¡Cómo no iban encontrarlos!. ¡Si fueron <strong>de</strong>rechos por el enterrador!.<br />
El comisario se arrepintió <strong>de</strong> lo que había dicho y el cabo le tranquilizó, <strong>de</strong>mostrando que estaba<br />
con gente <strong>de</strong> confianza.<br />
- A mí lo que me terminó <strong>de</strong> joér fue la sentencia. Por una parte dice que los tipos apiolaron a la<br />
chica, porque no sabían que hacer con ella. Y por otra que la mujer, que ni la había visto, llamó a los<br />
padres, haciéndose pasar por la muerta. ¿Cómo pue<strong>de</strong> haber alguien tan loco, que pretenda imitar la<br />
voz <strong>de</strong> alguien a quien no vio nunca?.<br />
- Y encima, ¡acierta!. Porque los padres tragaron.<br />
El joven policía hizo un corte <strong>de</strong> mangas.<br />
- ¡Toma contradicción!<br />
- ¡Vendrán tiempos nuevos!.<br />
- Peores lo creo. Pero mejores, ¡cuando las ranas tengan dientes!.<br />
<strong>La</strong> comisario Ramos repasó el informe.<br />
- ¡Pepe!. ¡Trae las cintas <strong>de</strong> la chica!<br />
Del magnetófono escapó una voz, amortiguada por la droga. Desgranaba palabras dictadas.<br />
- Es la misma que llamó a la tele, pidiendo socorro. ¿Y qué?.<br />
- Ponla otra vez.<br />
Núñez saltó en silla.<br />
- ¡Leche!. ¡Si dijo don<strong>de</strong> estaba!.<br />
- Exactamente no. Menciona un mercadillo, pero mercadillos hay muchos. Si hubiesen querido<br />
encontrarla, habríamos rebuscado en todas las ventas ambulantes <strong>de</strong>l país. Incluso en <strong>de</strong> caridad,<br />
que organizan las señoronas. Fructuoso los hizo en el Jueves <strong>de</strong> Sevilla, porque allí las cosas<br />
siempre están liadas. ¡Y le peinaron!. Nosotros pedimos la or<strong>de</strong>n. No vino. Digan lo que digan, el<br />
cuerpo estaba fresco. Tuvimos por lo menos diez días, para encontrarla viva.<br />
- El vacíe don<strong>de</strong> apareció lo peine yo mismo. ¡Juro que no había nada!.<br />
- Lo que no entiendo es a los padres. Son gente <strong>de</strong> peso. Hubiesen podido forzar a los <strong>de</strong> arriba.<br />
Pero reaccionaron como si no fuese con ellos. Con <strong>de</strong>cir que a la hija no podían resucitarla, hasta<br />
retiraron la <strong>de</strong>nuncia. No me tocaba pero mandé un informe, en plan experto, recordando al fiscal<br />
que con muerto <strong>de</strong> por medio, hay que seguir <strong>de</strong> oficio. Se lo pasó por la entrepierna. Y se vino a<br />
<strong>de</strong>cir que la chica lo merecía, porque se iba con cualquiera.<br />
- ¡Vamos!, que la culpa fue <strong>de</strong> la muerta, por <strong>de</strong>jarse apiolar.<br />
El joven Requesens era incisivo.<br />
- ¡No, hombre!. ¡Culpable no!. Reconocieron su <strong>de</strong>recho <strong>de</strong>mocrático a <strong>de</strong>jarse charcutar. ¡Es<br />
distinto!.<br />
<strong>La</strong> comisario juntó unas cejas, negras y pobladas.<br />
- En lo <strong>de</strong>l chico, lo que <strong>de</strong>be hacer Eloy es preparar a los padres. Todavía <strong>de</strong>be estar vivo, pero es<br />
como si no. Para mí que habrá más <strong>de</strong>sapariciones.<br />
El Sargento Pérez puso mala cara. Nunca creyó en premoniciones ni en la casualidad.<br />
- ¿Y eso?