08.05.2013 Views

La Ilustre degeneración - Géminis Papeles de Salud

La Ilustre degeneración - Géminis Papeles de Salud

La Ilustre degeneración - Géminis Papeles de Salud

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

- ¿Allí?. ¡No hay más que gente bien!.<br />

<strong>La</strong> mirada <strong>de</strong>l cabo se hizo soñadora.<br />

- De no haber pasaó lo que pasó, hoy sería comisario... ¡Hace años <strong>de</strong> esto!. Estábamos al principio<br />

<strong>de</strong>l cambio, cuando empezaron a salir muertos por ahí, ¡qué esto va por rachas!. Críos y chicas<br />

jóvenes. No tenían los medios <strong>de</strong> ahora para suprimirlos. Ni andaba tan listos. Un día me olí que la<br />

cosa estaba en el barrio. Me creí el cuento <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia, y cite a D. Matías Ver<strong>de</strong>rales, el suegro<br />

<strong>de</strong> don Cesar. El viejo vivía en el palacete, que está cerca <strong>de</strong> la comisaría <strong>de</strong> la Ramos. Como no se<br />

aclaraba, pedí una or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> registro. El juez me la dio. ¡Hoy sería imposible!. Encontré una<br />

panoplia <strong>de</strong> instrumentos <strong>de</strong> tortura. Contó que eran <strong>de</strong> colección, pero sacamos otra igual <strong>de</strong>l<br />

caserón <strong>de</strong> la finca. Perdió la calma y acusó a los vecinos, con pelos y señales, porque unas chavalas<br />

aparecieron al otro lado <strong>de</strong> la lin<strong>de</strong>. Si no llegan a topar con un forense honrado, ¡se las lían!.<br />

Descubrió que las habían enterrado en dos sitios. <strong>La</strong> tierra <strong>de</strong>l primero era la que había en un<br />

jardincillo, que estaba junto a la casa <strong>de</strong> D. Matías. Pasó el asunto al juez que tocaba. Me quitó el<br />

caso y se lo dio Martínez. Hoy es un pez gordo, pero entonces no era nadie. Encontró un par <strong>de</strong><br />

tontilocos en el pueblo. Y lo resolvió en una semana. En la vida he visto confesión más completa y<br />

contradictoria. En su estupi<strong>de</strong>z, contaron que mataron a las chicas, porque se les fue la olla al oírles<br />

gritar, cuando empezaron a reventarles los ojos. Me pareció tal gilipollez, que me las arreglé para<br />

interrogarles. Estaban en el limbo. Se lo conté a un amigo periodista, cuando los periódicos<br />

armaban el cirio con el caso. Bastó que apuntase al grupo <strong>de</strong>l Con<strong>de</strong> <strong>de</strong> los Ríos, para que se<br />

olvidasen <strong>de</strong>l caso, callando como putas. A los tontos los metieron en el manicomio. Y yo tuve que<br />

meterme en los Gal, por no per<strong>de</strong>r el uniforme. Así que haz lo que te digo. Tu informe, ¡a la<br />

papelera!.<br />

En sus tiempos <strong>de</strong> calle, María Ramos aprendió que en los bur<strong>de</strong>les <strong>de</strong> carretera, había trafico <strong>de</strong><br />

mujeres, menores que sabían más que los ratones colorados, y clientes que se ponían al volante con<br />

copas. Pero si alguno se moría, era <strong>de</strong> muerte natural. O por haberse metido en bronca. Tuvo que<br />

habérsela con violadores. Y se encontró con <strong>de</strong>scerebrados, que <strong>de</strong> haber aprendido en la escuela a<br />

dominar sus instintos, no se les hubiese pasado por la cabeza forzar a nadie. Tipos que si mataban,<br />

no lo hacían por sadismo. Perdido el miedo a ese Dios, que todo lo sabe, mataban porque se lo<br />

tenían a una policía, que podía ser engañada. En poco tiempo, Ramos aprendió que los pobres<br />

<strong>de</strong>linquían, porque quería <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> serlo o por un arrebato. Y los ricos por ambición o aburrimiento.<br />

Los muertos aparecían en cualquier parte, pero aquellos crímenes elaborados, no tenían por<br />

escenario tugurios ni cabañas. Sentir placer, causando daño o contemplando el dolor ajeno, es<br />

sensación que no se improvisa. Para sentirlo, hay que arrastrar generaciones <strong>de</strong> tarados, por el<br />

ejercicio <strong>de</strong> la crueldad.<br />

Los más <strong>de</strong> aquellos crímenes no transcendían. Peligrosos por haber sensibilizado a la opinión, <strong>de</strong><br />

no haber indiscretos que los aireasen, no transcendían al público. Este silencio en torno a crímenes,<br />

particularmente aberrantes, intrigó a los <strong>de</strong>l cuerpo. Los comentaban, siendo muchos los policías<br />

que recopilaban datos, esperando que algún día les <strong>de</strong>jasen actuar. De haber sabido sus superiores<br />

que Ramos poseía archivo a domicilio, reuniendo millones <strong>de</strong> datos sobre sucesos escandalosos,<br />

abocados a terminar archivados o con chivo expiatorio en el banquillo, que calmase unos ánimos<br />

encrespado, no la hubiesen <strong>de</strong>signado primera mujer comisario en la capital, aireando preparación y<br />

hoja <strong>de</strong> servicios, que justificaban plenamente el paso a<strong>de</strong>lante, en la integración <strong>de</strong> la mujer.<br />

Sabido que entre hombres y por escalafón, el mediocre acce<strong>de</strong> a brillante carrera, sin <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> serlo,<br />

suce<strong>de</strong> la mujer, <strong>de</strong> no mediar protector enamorado, ha <strong>de</strong> promocionarse a fuerza tesón e<br />

inteligencia. Temiendo el Jefe Superior, que Ramos la tuviese peligrosamente <strong>de</strong>spierta, la convocó<br />

en su <strong>de</strong>spacho, para adiestrarla en discreción.<br />

- Su expediente es impecable. Universitaria, brillante en la escuela, ha pasado con éxito por<br />

comisarías conflictivas. Como no queremos que le amarguen la vida, le hemos asignado un barrio<br />

tranquilo... Los <strong>de</strong>lincuentes que resi<strong>de</strong>n, que los hay, no son carne comisaría. ¡Usted me entien<strong>de</strong>! -<br />

una risita cómplice, subrayó el concepto -. Sabiéndola consciente <strong>de</strong>l precio político <strong>de</strong> la alarma

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!