La Ilustre degeneración - Géminis Papeles de Salud
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- Sabes que en la or<strong>de</strong>n entran pocos. Y no sale ninguno. Al menos por su pie. ¡Hay que<br />
compren<strong>de</strong>rlo!. Compartir secretos tiene su cara. ¡Y su cruz!. Pero reconocerás que las cosas no nos<br />
van mal. Pocos pue<strong>de</strong>n preciarse <strong>de</strong> conseguir todo lo que quieren. Para ellos, ¡se entien<strong>de</strong>!. Claro<br />
que nosotros nunca pretendimos nada para los <strong>de</strong>más. Solo al que flaquea se le revuelven los<br />
fantasmas. Sí alguna vez te sale la falta <strong>de</strong> clase y lo haces, te morirás <strong>de</strong>l susto.<br />
Rosita arrugó los labios.<br />
- ¡Que <strong>de</strong>sagradable eres!. ¡De sobra sabes como es Gerardo!. Podías haberte ahorrado la prédica. Si<br />
Braulio se entera, no le hará ninguna gracia.<br />
Por la ventana abierta penetro el chirriar <strong>de</strong>l grijo, que cubría la avenida <strong>de</strong>l jardín.<br />
- ¡El señor!.<br />
Los presentes se precipitaron hacia la puerta. El criado abrió sobre una Pétula, que se hundía en<br />
profunda reverencia, cuidando <strong>de</strong> que la capa dibujase una curva perfecta.<br />
- ¿Pero que haces?.<br />
<strong>La</strong> mirada <strong>de</strong> Juanjo le hizo sentirse ridícula. Nunca le perdonaría.<br />
- Pero... el señor...<br />
- Se retrasa. Nos hemos a<strong>de</strong>lantado para advertiros. Leoncio le está ayudando a vestirse. Viene<br />
ilusionadísimo. El chiquillo le gustó mucho. ¡Ha tenido un día!. Reunión con el patronato <strong>de</strong> la<br />
Infancia Desvalida. Ya sabéis que es fundador. ¡Una obra encomiable!. Le vino una <strong>de</strong>legación <strong>de</strong>l<br />
Patronato <strong>de</strong> Huérfanos <strong>de</strong> la Policía, para agra<strong>de</strong>cer el donativo. ¡Principesco! ¡Pobrecillos! Con<br />
eso <strong>de</strong>l in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ntismo, ¡están fatal! <strong>La</strong> semana que viene hará algo precioso. Recibe a los padres<br />
<strong>de</strong> esas pobres niñas, que aparecieron muertas. ¡Un horror!. Ha dotado una nueva fundación, para<br />
asegurar asistencia jurídica y psicológica a las víctimas <strong>de</strong> <strong>de</strong>litos sexuales y sus familias. Tendrán<br />
medios para encontrar y hacer con<strong>de</strong>nar a los asesinos.<br />
Ernesto se repitió que nunca enten<strong>de</strong>ría a los ricos <strong>de</strong> toda la vida. Y se preguntó sí su capacidad <strong>de</strong><br />
abstracción, en lo referente a sus propios actos, obe<strong>de</strong>cía a una hipocresía patológica o a vulgar<br />
esquizofrenia, inserta en gen, que a todos afectaba.<br />
Estrecha la escalera, subieron en fila india. Abría la marcha Angustias, cerrándola Myriem, la hija<br />
<strong>de</strong> Pétula. A sus 17 años iba a ser recibida en la or<strong>de</strong>n, por <strong>de</strong>seo expreso <strong>de</strong> Braulio. Inquietante la<br />
indiferencia <strong>de</strong> su here<strong>de</strong>ro hacia al sexo opuesto, observó que <strong>de</strong>dicaba atenciones insólitas a la<br />
muchacha. Suponiendo que la excitación, aneja a la ceremonia <strong>de</strong>l sacrificio, le ayudaría a vencer lo<br />
que facultativos <strong>de</strong> renombre, <strong>de</strong>finieron como timi<strong>de</strong>z congénita, quiso ayudarle a intimar, con la<br />
que habría <strong>de</strong> ser la primera mujer <strong>de</strong> su vida, encarnada en cuerpo admirable dotado <strong>de</strong> mirada, que<br />
en diferentes circunstancias, hubiesen hechos las <strong>de</strong>licias <strong>de</strong>l padre. Informada Pétula por el propio<br />
Gran Maestre, <strong>de</strong> que su hija sería bienvenida al festejo, la aportó a contrapelo. Des<strong>de</strong> que vino al<br />
mundo, se propuso mantenerla alejada <strong>de</strong> unas prácticas, calificadas generalmente <strong>de</strong> repugnantes.<br />
Temiendo que no pudiese soportar el espectáculo, <strong>de</strong>dicó la últimas semanas a la instrucción<br />
teórica, explicando a la hija, con pelos y señales, las diferentes fases <strong>de</strong> un ceremonial, que la<br />
muchacha asumió con entereza, manifestando curiosidad y hasta impaciencia, en los días que<br />
precedieron a la fecha señalada.<br />
Acomodadas las víctimas en el sofá <strong>de</strong>l primer sótano, frente a mesas <strong>de</strong>bidamente abastecidas,<br />
Angustias les hizo el ánimo.<br />
- Vais a conocer a unos señores muy cariñosos. ¡Quizá el amor!. Y <strong>de</strong>spués, ¡cada cual a su casa!.<br />
Maribel abrió unos ojos enormes.<br />
- ¿Me llevaran a Don Benito?.<br />
- ¡Por supuesto! - asintió Lola, sin mentir.