La Ilustre degeneración - Géminis Papeles de Salud
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Capítulo 1º<br />
<strong>La</strong> elite que encarna el po<strong>de</strong>r, <strong>de</strong>stila ejemplo. Sus actos, aún íntimos y secretos, <strong>de</strong>stiñen en los<br />
inferiores, porque quien controla la información y la ley, adapta el criterio colectivo a su necesidad.<br />
Impulsada la sociedad hacia su <strong>de</strong>sracionalización, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la cúspi<strong>de</strong>, Manolo sospechó que la<br />
conducta <strong>de</strong> sus iniciadores y clientes, pudiese ser reprobable. Ni realizó que en a<strong>de</strong>lante, no se<br />
<strong>de</strong>tendrían en el umbral <strong>de</strong>l más allá. Despertó ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> oscuridad. Le dolía el cuerpo. Recordó<br />
las farolas. Hierro negro, <strong>de</strong> barrio <strong>de</strong> ricos. Palpó los billetes. Tres <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s. Poco para lo<br />
que se habían divertido. Aspiró. Olor a campo. El campo que no huele a basura, está lejos. El frío<br />
<strong>de</strong> la amanecida se le metió en los huesos. Quiso levantarse. No pudo.<br />
- ¡Picha!. ¡Que no se diga!.<br />
Logró la vertical lenta y penosamente. Haces <strong>de</strong> luz se cruzaban en el horizonte. Adivinó la<br />
carretera. El coche que le llevó pudo entrar, porque había una vereda. <strong>La</strong> buscó, tanteando entre<br />
matojos.<br />
El pasado se le vino encima.<br />
Todo empezó matando negros <strong>de</strong> mentira, que a fuerza <strong>de</strong> imaginación, parecían <strong>de</strong> verdad. Le<br />
hubiese dado igual matar blancos, pero el amo <strong>de</strong>l chiringo no los quería en la máquina:<br />
- Des<strong>de</strong> chicos tién que estar concienciaos. Reventar negros, ¡vale!. Pero a los nuestros tién que<br />
respetarlos.<br />
<strong>La</strong>rgo, que era gran<strong>de</strong>, los apiolaba en carne y hueso. Le gustaba, nadie los echaba en falta y<br />
había un piraó que pagaba, al que llevase la prueba <strong>de</strong> haberse cargado a uno. <strong>La</strong>rgo tenían banda<br />
propia. De noche paseaban <strong>de</strong> dos en dos o <strong>de</strong> tres en tres, como si no se conociesen. Llevaban<br />
ca<strong>de</strong>nas y puños <strong>de</strong> clavo.<br />
- Los escon<strong>de</strong>mos entre la ropa. Cuando el pringao se pone a tiro, nos juntamos. Le endiñamos<br />
hasta que se le <strong>de</strong>sparraman los sesos. Lo mismo da que haya gente. Tién miedo y van a lo suyo. No<br />
se meten.<br />
Le escuchaban embobados. Y <strong>La</strong>rgo lamentaba que la noticia no saliese en la tele. Le gustaba<br />
fardar.<br />
- Cuando seáis gran<strong>de</strong>s, os llevaré conmigo - prometía.<br />
Manolo preguntó cuánto pagaban. Le pareció poco y pensó que no iría. Se había propuesto no dar<br />
un paso a gusto <strong>de</strong> otro, sin cobrar lo que consi<strong>de</strong>raba su precio. Un día pillaron a <strong>La</strong>rgo. Pasó<br />
por comisaría y cambió <strong>de</strong> trabajo. Manejaba más pasta.<br />
- Pego lapas y suelto paquetes. ¡Pam y a cobrar!. Sale en la tele, pero no que yo lo hice. Es jodío<br />
que otro se lo apunte. Pero el que paga, ¡manda!.<br />
Un día se fue <strong>de</strong>l barrio. Cuando volvió, vestido como un anuncio <strong>de</strong> la tele, le tenían olvidado.<br />
Manolo y Pepe estaban en la máquina. No se separaban, porque les gustaban las mismas cosas.<br />
- ¿Os mola veniros?.<br />
Contestaron que no al unísono. Si alguien con posibles pi<strong>de</strong>, tiene que empezar por ofrecer.<br />
- ¿Vale cinco <strong>de</strong> los ver<strong>de</strong>s?.<br />
A su edad, era un dinero. Manolo hizo el gesto <strong>de</strong> seguirle. Pepe le retuvo. Conocía su precio.<br />
- ¿Por barba?.<br />
- ¡Vale!.<br />
Entraron en un mundo sin salida, con preludio <strong>de</strong> muchos kilómetros por carretera. Manolo nunca<br />
estuvo tanto tiempo en un coche. Frenó. Un tipo <strong>de</strong> uniforme y con pistola, metió la cabeza por la