08.05.2013 Views

el libro del convaleciente - AMPA Severí Torres

el libro del convaleciente - AMPA Severí Torres

el libro del convaleciente - AMPA Severí Torres

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Digitalización de Elsa Martínez – mayo 2006<br />

El <strong>libro</strong> d<strong>el</strong> <strong>convaleciente</strong> 107<br />

"—Eran las cinco y cinco y no tardaría ya en aparecer <strong>el</strong> gran<br />

Duque.<br />

"—¡Inf<strong>el</strong>iz! No sabe que camina hacia la muerte... —pensó<br />

estremeciéndose Ivan Ivanovich.<br />

"Pero <strong>el</strong> gran Duque no caminaba hacia ningún sitio. A las<br />

cinco y cinco <strong>el</strong> banco predilecto seguía desocupado.<br />

"—Eso va a estallar inútilmente —se dijo Ivan.<br />

"Más no había acabado de decirlo, cuando un hombrecito de<br />

gris se sentó en <strong>el</strong> banco fatal a leer un periódico. Ivan Ivanovich le<br />

reconoció al punto:<br />

"—¡Mi padre! —gritó.<br />

"Eran las cinco y ocho minutos.<br />

"En aqu<strong>el</strong> momento <strong>el</strong> gran Duque, acompañado de varios<br />

oficiales se dirigía al banco deprisa como si fuera a cobrar un cheque<br />

"Ivan se retorció los dedos, se arrancó tres botones d<strong>el</strong> abrigo,<br />

luchó, dudó y —por fin— emprendió una carrera arrolladora, se tiró de<br />

bruces debajo d<strong>el</strong> banco, sacó la bomba, paró <strong>el</strong> aparato de r<strong>el</strong>ojería y se<br />

limpió la frente, cubierta de sudor angustioso.<br />

"La llegada d<strong>el</strong> gran Duque y de su acompañamiento le<br />

sorprendió sentado en <strong>el</strong> su<strong>el</strong>o, abrazado a una bota de su padre y<br />

con la bomba en la mano izquierda.<br />

"Allí mismo le apresaron y fue ejecutado dos meses después."<br />

—¿Se ha convencido usted —me dijo al acabar su r<strong>el</strong>ato mi<br />

compañero de fonda— de que los anarquistas de acción no deben tener<br />

padre? Si Ivan Ivanovich hubiera sido huérfano no habría muerto en <strong>el</strong><br />

patíbulo.<br />

—No me ha convencido usted —repuso mi tío Contricanis.<br />

Mi amigo se asombró.<br />

—Los anarquistas de acción —seguí— pueden tener padre<br />

perfectamente. Lo que deben hacer es no dejar salir de casa a su<br />

padre <strong>el</strong> día que vayan a poner una bomba.<br />

Mi amigo vio con toda claridad que había gastado <strong>el</strong> tiempo en<br />

balde y se levantó airadamente y se fue.<br />

Estábamos en una cervecería, así es que, en realidad —concluyó<br />

mi tío— todavía no estoy seguro de sí se marchó porque se hallaba<br />

indignado o porque comprendiera que marchándose de pronto me vería<br />

yo obligado a pagar la cerveza que se había bebido él.<br />

*****************************************************<br />

Y un mes más tarde, mi tío Contricanis me "accionó" una<br />

historia de náufragos que a él había contado <strong>el</strong> capitán Mascagomas,<br />

viejo y experto lobo de mar.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!