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el libro del convaleciente - AMPA Severí Torres

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138 Enrique Jardi<strong>el</strong> Ponc<strong>el</strong>a<br />

Digitalización de Elsa Martínez – mayo 2006<br />

Nos da pena decirlo; pero la verdad es que Ramón Novarro se<br />

dedicó al cine como pudo dedicarse a trabajos de marquetería.<br />

Vivía en Michigan con sus padres, que eran dos años mayores<br />

que él, cuando resolvió intentar algo que le permitiera enamorar<br />

muchachas ricas. En un principio se dedicó a la prestidigitación, pero<br />

como padecía de cierta debilidad mental, se le olvidaban todos los trucos<br />

y se armaba unos líos tremendos. Un día, intentando hacer desaparecer<br />

un conejo, desapareció él. Sin embargo, estos fracasos habían de ser la<br />

base de su éxito; en una ocasión, Cecil de Mille, <strong>el</strong> gran "manager", lo<br />

vio trabajar y equivocarse en todos los números, y lo contrató para<br />

Hollywood para que hiciera reír a Lon Chaney.<br />

Después, ya se sabe: empezó a decir la gente que era un galán<br />

de abrigo, y a partir de tal instante quedó incluido en <strong>el</strong> grupo de<br />

estr<strong>el</strong>las, en rivalidad constante con "Rin-tin-tin .<br />

ADOLFO MENJOU. — El actor conocido por Adolfo Menjou, ni<br />

se llama Adolfo Menjou, ni es actor. Es corredor de fincas y se llama<br />

Sebastián Corcho. Lo que sucede es que hace tiempo que se necesitaba en<br />

los <strong>el</strong>encos de Hollywood un hombre maduro, de quien se enamorasen<br />

todas las señoritas "extras" sin trabajo, que brujulean por aqu<strong>el</strong>los lugares<br />

para que dejasen en paz a los porteros de las principales casas, y se buscó<br />

a Menjou como hombre apto para <strong>el</strong> caso.<br />

Y ocurrió lo que se esperaba. Llegar Menjou a Hollywood y<br />

desaparecer todas aqu<strong>el</strong>las señoritas, fue simultáneo.<br />

Entonces los grandes productores, en concepto de gratificación,<br />

hicieron gratis unas fotos a Menjou.<br />

Y esas fotos son las que conoce <strong>el</strong> público y las que han labrado<br />

la fama de Sebastián Corcho.

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