el libro del convaleciente - AMPA Severí Torres
el libro del convaleciente - AMPA Severí Torres
el libro del convaleciente - AMPA Severí Torres
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
48 Enrique Jardi<strong>el</strong> Ponc<strong>el</strong>a<br />
Digitalización de Elsa Martínez – mayo 2006<br />
EL CONDE DE CASTRILLO. — El Conde-Duque entretiene a vuestro<br />
esposo con saraos, toros, comedias y otras idioteces..., y, mientras tanto,<br />
perdemos los antiguos dominios, <strong>el</strong> pueblo no come, y los robos, los<br />
crímenes y otros excesos se suceden en las calles.<br />
LA REINA ISABEL. — Aunque no lo decía, hace tiempo que todo<br />
eso lo vislumbraba yo. F<strong>el</strong>ipe está alucinado; pero yo le sacudiré <strong>el</strong> letargo<br />
y <strong>el</strong> privado caerá, ¡os lo juro! ¿Eh?. .. Alguien viene...<br />
(En efecto: óyense pasos en una cámara contigua, y al poco rato<br />
penetra un hombre que cubre sus ojos con unas gafas.) (Movimiento de<br />
asombro en los circunstantes.)<br />
EL CONDE DE CASTRILLO. — ¡Quevedo!<br />
LA REINA ISABEL. — ¿Tú aquí, Quevedo? ... (Saludos y otras<br />
manifestaciones.) ¿Pero no te tenía preso <strong>el</strong> Conde-Duque en San Marcos<br />
de León?<br />
DON FRANCISCO DE QUEVEDO. — (Sonriendo.)<br />
Ha cuatro años que en San Marcos fui encerrado<br />
y a la postre <strong>el</strong> escaparme he conseguido,<br />
de un privado que de todos se ha valido<br />
y un valido que de nada se ha privado.<br />
EL MARQUES DE GRANA CARRETO. — ¡ Qué grande!<br />
LA REINA ISABEL. — Eres inmenso hasta en <strong>el</strong> infortunio, Paco.<br />
DON FRANCISCO DE QUEVEDO. — ¡Bah! Soy sólo un pobre<br />
coplero. ..<br />
EL CONDE DE CASTRILLO. — No digáis tal cosa... ¿Y quién os<br />
ayudó a fugaros?. . .<br />
DON FRANCISCO DE QUEVEDO. — Adivinad...<br />
No es político, soldado,<br />
poeta, fraile, ni histrión,<br />
ni bachiller, ni criado,<br />
ni golilla, ni letrado,<br />
ni Rey, ni noble, ni hampón;<br />
mas la gente malhablada,<br />
y aun los que odien su vivir,<br />
no han de poder de él decir<br />
jamás que no pinta nada...<br />
EL CONDE DE CASTRILLO. — Pues no acierto...<br />
DON FRANCISCO DE QUEVEDO. — Éste es <strong>el</strong> hombre que me