08.05.2013 Views

el libro del convaleciente - AMPA Severí Torres

el libro del convaleciente - AMPA Severí Torres

el libro del convaleciente - AMPA Severí Torres

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

200 Enrique Jardi<strong>el</strong> Ponc<strong>el</strong>a<br />

Digitalización de Elsa Martínez – mayo 2006<br />

Se acostaba de madrugada; se levantaba diez o doce veces<br />

durante la noche; me obligaba a mí a levantarme y, cuando habíamos<br />

andado un par de leguas por <strong>el</strong> campo, a la luz de la luna, decía:<br />

—Volvamos a casa, amigo mío. No encuentro ese asunto, ¡no lo<br />

encuentro! ¡Oh! ¡No sabe usted lo que sufrimos los artistas en la<br />

concepción de nuestras obras! ...<br />

Y encendía un cigarro de mi petaca.<br />

En la mesa y durante las comidas los malos ratos eran más<br />

intensos. Había decidido que lo único que excitaba su imaginación era<br />

la langosta con mayonesa, y me estaba francamente arruinando.<br />

Alguna palabra mía, en la que iba encerrada una protesta, le<br />

hacía decir:<br />

—¡Oh, querido amigo! Usted no escribe, usted no sabe lo que<br />

es esta terrible lucha por <strong>el</strong> hallazgo de un asunto ...<br />

Una tarde, <strong>el</strong> espectáculo de unos mozos que iban de romería,<br />

le obligó a exclamar:<br />

—¿Ve usted? De ahí esperaba yo sacar un asunto, de estas<br />

costumbres ancestrales, sencillas y poéticas... ¡ Y no lo encuentro, no lo<br />

encuentro! Pero, Dios mío, ¿dónde encontraría yo ese asunto? ... Siempre<br />

he oído decir que en las aldeas había asuntos magníficos: la vieja que<br />

vive aislada en una cabaña y todos la tienen por bruja, que aparece por<br />

fin muerta misteriosamente en su chiribitil... El joven que se disputa<br />

con otro <strong>el</strong> amor de una muchacha, y de madrugada es hallado en la orilla<br />

de un riachu<strong>el</strong>o, ya frío y rígido ... ¿No habrá aquí uno de esos<br />

asuntos? Usted ¿no conoce ninguno?<br />

—Sí, señor —dije resu<strong>el</strong>tamente—. Conozco uno.<br />

—¿Uno? ¡Hable, hable, amigo mío!<br />

—Se trata de un idiota que va a pasar una temporada con un<br />

amigo suyo... y que no le deja vivir a fuerza de decir y de hacer<br />

tonterías...<br />

Margut me miraba con rec<strong>el</strong>o.<br />

-—Un día —seguí yo— durante cierto paseo, <strong>el</strong> amigo comprende<br />

que todo aqu<strong>el</strong>lo está durando demasiado. Y entonces concibe la idea<br />

d<strong>el</strong> crimen. ¡ Sí! Matará a aqu<strong>el</strong> idiota y será f<strong>el</strong>iz al cabo... Y <strong>el</strong><br />

amigo saca un cuchillo de la vaina...<br />

En <strong>el</strong> mismo instante me eché mano al bolsillo para sacar <strong>el</strong><br />

pañu<strong>el</strong>o —juro que fue para sacar <strong>el</strong> pañu<strong>el</strong>o— y con gran sorpresa vi<br />

que Isma<strong>el</strong> Margut daba un grito gutural y escapaba corriendo<br />

desesperadamente.<br />

Tomó <strong>el</strong> tren aqu<strong>el</strong>la misma noche.<br />

Pero yo, realmente, ni me lo expliqué ni me lo explicaré nunca,<br />

pues acababa de proporcionarle un gran asunto de nov<strong>el</strong>a.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!