08.05.2013 Views

el libro del convaleciente - AMPA Severí Torres

el libro del convaleciente - AMPA Severí Torres

el libro del convaleciente - AMPA Severí Torres

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

230 Enrique Jardi<strong>el</strong> Ponc<strong>el</strong>a<br />

Digitalización de Elsa Martínez – mayo 2006<br />

—Gritó "¡<strong>el</strong> gas!, ¡<strong>el</strong> gas!" y a continuación <strong>el</strong> grisú explotó<br />

con estruendo de mitin.<br />

—Diga usted —indagamos, ansiosos siempre de servir a nuestro<br />

público— y <strong>el</strong> grisú, ¿qué es?<br />

—El grisú es un gas.<br />

—Pero, ¿cómo se llama?<br />

—Grisú.<br />

Le explicamos que deseamos una noticia algo científica, y<br />

entonces Prater responde:<br />

—El grisú es protocarburo de hidrógeno o hidrógeno<br />

protocarbono.<br />

Nos apresuramos a apuntarlo en <strong>el</strong> carnet de notas.<br />

—Ha dicho usted nitrógeno de calcio, ¿no?<br />

—No. Protocarburo de hidrógeno o hidrógeno protocarbonado.<br />

—Sí, sí. Oxígeno bicarbonatado o carbonato de nitrógeno.<br />

Prater nos deja por imposible y continúa.<br />

—La galería en que nos hallábamos se hundió. Se oyeron<br />

algunos alaridos, gritos de auxilio y voces de barítono llamando al<br />

sereno. Entonces sobrevino un segundo derrumbamiento, y me encontré<br />

encerrado por inmensos bloques de mineral, junto con <strong>el</strong> compañero<br />

Zacarías Rotgen. Por una casualidad verdaderamente austríaca, los<br />

vapores d<strong>el</strong> gas no tuvieron tiempo de alcanzarnos.<br />

—¿A qué v<strong>el</strong>ocidad caminan los vapores d<strong>el</strong> gas grisú?<br />

—Poco más o menos como los vapores de la Trasatlántica.<br />

—Siga usted; su r<strong>el</strong>ato es impresionante.<br />

—En cuanto Rotgen y yo comprendimos que no podríamos<br />

salir de allí jamás, procuramos instalarnos de la mejor manera. Pusimos<br />

dos hamacas, una mesita, un pequeño fogón, una lámpara de pie y una<br />

máquina de escribir, lo imprescindible, ¿sabe usted?, e hicimos<br />

rápidamente la comida.<br />

—Pero, ¿cómo encendieron lumbre? ¿Tenían combustible?<br />

—Usted se olvida —nos contesta Prater—- de que la mina donde<br />

estábamos era de carbón.<br />

—Es verdad, es verdad.<br />

—Después de comer, meditamos en lo que sería más práctico<br />

para salir de allí. Rotgen pensó en que lanzásemos algunos cohetes pidiendo<br />

socorro. Por desgracia, los cohetes chocaban en <strong>el</strong> techo y se volvían<br />

de nuevo contra nosotros. Cuando uno de <strong>el</strong>los se me metió en <strong>el</strong> ojo<br />

derecho, vimos claramente que debíamos reservar los cohetes para una<br />

verbena.<br />

—¿Y entonces?

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!