08.05.2013 Views

el libro del convaleciente - AMPA Severí Torres

el libro del convaleciente - AMPA Severí Torres

el libro del convaleciente - AMPA Severí Torres

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Digitalización de Elsa Martínez – mayo 2006<br />

El <strong>libro</strong> d<strong>el</strong> <strong>convaleciente</strong> 53<br />

derecha, pero <strong>el</strong> monóculo se me caía. Entonces ideé un truco original: me<br />

puse <strong>el</strong> monóculo y me lo sujeté al cráneo con una venda. Y ya,<br />

satisfecho y tropezando de vez en cuando con los transeúntes, tomé la<br />

dirección de Hyde Park.<br />

La mañana era tibia, y daba gusto contemplar las nubes, que<br />

corrían hacia Occidente y los presbíteros que corrían hacia la abadía de<br />

Wesminster.<br />

Largas filas de automóviles se deslizaban por las calles y con<br />

cierta frecuencia, un auto se precipitaba sobre un transeúnte desprevenido<br />

y le partía la columna vertebral por la parte d<strong>el</strong> capit<strong>el</strong>. Cuando ocurría<br />

esto, <strong>el</strong> policeman de servicio se acercaba al coche homicida, y entre <strong>el</strong><br />

policeman y <strong>el</strong> chauffeur se entablaba <strong>el</strong> siguiente diálogo:<br />

POLICEMAN. — ¿Individus death? (¿Está muerto <strong>el</strong> individuo?)<br />

CHAUFFEUR.—¡Very death! (¡Completamente muerto!)<br />

POLICEMAN. — ¡All rigth! (¡ Muy bien!)<br />

El difunto era recogido d<strong>el</strong> su<strong>el</strong>o, <strong>el</strong> policeman se acercaba al<br />

auto, dibujaba con tiza en <strong>el</strong> capot una rayita vertical, indicando que<br />

una nueva víctima había caído bajo aqu<strong>el</strong>las ruedas, y la vida —llena<br />

de flema londinense— seguía su ininterrumpido curso.<br />

Así es de frío <strong>el</strong> carácter inglés.<br />

EL HOMBRE DE HYDE PARK<br />

Como en Londres no se mide por kilómetros, sino por millas, las<br />

distancias son terriblemente largas. De manera que cubrir <strong>el</strong> recorrido de<br />

Old Compton Street a Hyde Park a mí me costó seis horas de caminata y<br />

un penique, que le di a un mendigo musical que tocaba un aria<br />

dinamarquesa golpeando con una pipa de ámbar en dos bot<strong>el</strong>las vacías<br />

de ginebra.<br />

Entré en Hyde Park por <strong>el</strong> sendero de la derecha, junto a la plazoleta de<br />

las begonias. (Véanse planos.)

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!