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El aserto, tantas veces repetido, <strong>de</strong> que Cristo cambió el día <strong>de</strong> reposo, está<br />
refutado por sus propias palabras. En su sermón sobre el monte, Él <strong>de</strong>claró: “No penséis<br />
que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para<br />
cumplir. Porque <strong>de</strong> cierto os digo que hasta que pasen el Cielo y la tierra, ni una jota, ni<br />
una til<strong>de</strong> pasarán <strong>de</strong> ningún modo <strong>de</strong> la ley, hasta que todo se haya realizado. Por tanto,<br />
cualquiera que suprima uno <strong>de</strong> estos mandamientos aun <strong>de</strong> los más insignificantes, y<br />
enseñe así a los hombres, será llamado el menor en el reino <strong>de</strong> los Cielos; mas<br />
cualquiera que los cumpla y los enseñe, éste será llamado gran<strong>de</strong> en el reino <strong>de</strong> los<br />
Cielos.”(S. Mateo 5:17-19.)<br />
Los católicos romanos reconocen que el cambio <strong>de</strong>l sábado fue hecho por su<br />
iglesia; y citan este cambio como evi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la autoridad <strong>de</strong> la iglesia para legislar en<br />
cosas divinas, y <strong>de</strong>claran que los protestantes, por observar el sábado como esta<br />
cambiado, reconocen su po<strong>de</strong>r. <strong>La</strong> iglesia romana no ha renunciado a sus pretensiones a<br />
la supremacía; y cuando el mundo y las iglesias protestantes aceptan un día <strong>de</strong> <strong>de</strong>scanso<br />
creado por ella, mientras rechazan el día <strong>de</strong> <strong>de</strong>scanso <strong>de</strong> la Biblia, acatan en la práctica<br />
las tales pretensiones. Pue<strong>de</strong>n apelar a la autoridad <strong>de</strong> los apóstoles y padres para apoyar<br />
el cambio; pero al hacerlo pasan por alto el principio mismo que los separa <strong>de</strong> Roma, es<br />
a saber, que “la Biblia, y la Biblia sola es la religión <strong>de</strong> los protestantes.” Los papistas<br />
pue<strong>de</strong>n ver que los protestantes se están engañando a sí mismos, al cerrar<br />
voluntariamente los ojos ante (280) los hechos <strong>de</strong>l caso. A medida que gana terreno en<br />
pro <strong>de</strong> la institución <strong>de</strong>l domingo, ellos se alegran en la seguridad <strong>de</strong> que ha <strong>de</strong> concluir<br />
por poner a todo el mundo protestante bajo el estandarte <strong>de</strong> Roma.<br />
El cuarto mandamiento, que Roma se ha esforzado por ponerlo a un lado, es el<br />
único precepto <strong>de</strong>l <strong>de</strong>cálogo que apunta a Dios como el Creador <strong>de</strong> los ciclos y la tierra,<br />
y así se distingue el Dios verda<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> todos los dioses falsos. Se instituyó el sábado<br />
para conmemorar el trabajo <strong>de</strong> la creación, y así dirigir las mentes <strong>de</strong> los hombres al<br />
verda<strong>de</strong>ro y vivo Dios. Se cita el hecho <strong>de</strong> su po<strong>de</strong>r creativo en todas las Escrituras<br />
como prueba que el Dios <strong>de</strong> Israel es superior a <strong>de</strong>ida<strong>de</strong>s paganas. El sábado siempre<br />
había sido guardado, los pensamientos <strong>de</strong> los hombres y afectos habían sido dirigidos a<br />
su Hacedor como el objeto <strong>de</strong> reverencia y adoración, y allí nunca habría un idólatra, un<br />
ateo, o un infiel.<br />
Esa institución que apunta a Dios como el Creador es una señal <strong>de</strong> su autoridad<br />
legítima sobre los seres que hizo. El cambio <strong>de</strong>l sábado es la señal, o marca, <strong>de</strong> la<br />
autoridad <strong>de</strong> la iglesia romana. Los que, entien<strong>de</strong>n las <strong>de</strong>mandas <strong>de</strong>l cuarto<br />
mandamiento, y elijan observar el falso en lugar <strong>de</strong>l sábado verda<strong>de</strong>ro, así rin<strong>de</strong>n<br />
homenaje a ese po<strong>de</strong>r el cual lo ha mandado. El cambio en el cuarto mandamiento es el<br />
cambio señalado en la profecía, y la observancia <strong>de</strong>l sábado falsificado es la acogida <strong>de</strong><br />
la marca. Pero cristianos <strong>de</strong> generaciones pasadas observaron el primer día, suponiendo<br />
que guardaban el sábado <strong>de</strong> la Biblia, y hay en las iglesias <strong>de</strong> hoy muchos que<br />
honradamente creen que el domingo es el sábado <strong>de</strong> <strong>de</strong>signación (281) divina. Ninguno<br />
<strong>de</strong> estos ha recibido la marca <strong>de</strong> la bestia. Hay cristianos verda<strong>de</strong>ros en cada iglesia, no<br />
exceptuando la comunión católica romana. <strong>La</strong> prueba sobre esta cuestión no vendrá<br />
hasta que la observancia <strong>de</strong>l domingo se ejecute por ley, y se informe al mundo con<br />
respecto a la obligación <strong>de</strong>l sábado verda<strong>de</strong>ro. Será hasta que el asunto sea puesto<br />
claramente <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> la gente, y tengan que elegir entre los mandamientos <strong>de</strong> Dios y<br />
los mandamientos <strong>de</strong> hombres, los que continúan en transgresión reciben la marca <strong>de</strong> la<br />
bestia.<br />
<strong>La</strong> amenaza más aterradora que alguna vez se ha dirigido a los mortales es la que<br />
contiene el mensaje <strong>de</strong>l tercer ángel. Ese tiene que ser un pecado terrible que trae la ira<br />
<strong>de</strong> Dios sin mezclarse con misericordia. Los hombres no <strong>de</strong>ben quedarse en obscuridad<br />
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