11.05.2013 Views

La Destrucción de Jerusalén

La Destrucción de Jerusalén

La Destrucción de Jerusalén

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

¡Oh, qué gran lección es esta historia maravillosa <strong>de</strong> Belén! Como repren<strong>de</strong><br />

nuestra incredulidad, nuestro orgullo y autosuficiencia. Como nos advierte, por si acaso<br />

por nuestra indiferencia criminal también nosotros fallamos en discernir las señales <strong>de</strong><br />

los tiempos, y por lo tanto no conocemos el día <strong>de</strong> nuestra visitación. Es “a los que le<br />

esperan” que Cristo “aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para la<br />

salvación.” (Hebreos 9:28.)<br />

Jesús envía a su pueblo un mensaje <strong>de</strong> advertencia para prepararles para su<br />

venida. Al profeta Juan le fue mostrada la obra final en el gran plan <strong>de</strong> la re<strong>de</strong>nción <strong>de</strong>l<br />

hombre. Vio un ángel “volar en medio <strong>de</strong>l Cielo, que tenía un evangelio eterno para<br />

predicarlo a los que habitan sobre la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo,<br />

diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora <strong>de</strong> su juicio ha<br />

llegado; y adorad a aquel que hizo el Cielo y la tierra, el mar y las fuentes <strong>de</strong> las aguas.”<br />

(Apocalipsis14:6,7.)<br />

El ángel representado en la profecía entregando este mensaje, simboliza una<br />

clase <strong>de</strong> hombres fieles, quienes, obedientes al llamado <strong>de</strong>l Espíritu <strong>de</strong> Dios y las<br />

enseñanzas <strong>de</strong> su palabra, proclaman esta advertencia a los habitantes <strong>de</strong> la tierra. Este<br />

mensaje no fue entregado a los lí<strong>de</strong>res religiosos <strong>de</strong>l pueblo (199.) Ellos habían fallado<br />

en preservar su conexión con Dios, y habían rechazado la luz proveniente <strong>de</strong>l Cielo; por<br />

lo tanto no fueron contados entre el número <strong>de</strong>scrito por el apóstol Pablo: “Mas<br />

vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón.<br />

Porque todos vosotros sois hijos <strong>de</strong> luz e hijos <strong>de</strong>l día; no somos <strong>de</strong> la noche ni <strong>de</strong> las<br />

tinieblas.” (1 Tesalonicenses 5:4,5.)<br />

Los atalayas que están sobre las pare<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Sión <strong>de</strong>berán ser los primeros en<br />

recibir las noticias <strong>de</strong>l advenimiento <strong>de</strong>l Salvador, los primeros en levantar sus voces<br />

proclamando su cercanía, los primeros en avisar al pueblo para que se preparen para su<br />

venida. Pero estaban <strong>de</strong>scansando, soñando <strong>de</strong> paz y seguridad, mientras que el pueblo<br />

dormía, en sus pecados. Jesús vio su iglesia, como el árbol <strong>de</strong> higo infructuoso, cubierto<br />

con hojas presumidas, pero <strong>de</strong>stituido <strong>de</strong> su fruta preciosa. Había una observancia<br />

jactanciosa <strong>de</strong> las formas <strong>de</strong> religión, mientras que el verda<strong>de</strong>ro espíritu <strong>de</strong> humildad, la<br />

penitencia y la fe - con los cuales sólo se podía dar un servicio aceptable a Dios - hacia<br />

falta. En lugar <strong>de</strong> la gracia <strong>de</strong>l Espíritu, se manifestaba orgullo, formalismo, vanagloria,<br />

egoísmo, opresión. Una iglesia apóstata cerró sus ojos a las señales <strong>de</strong> los tiempos. Dios<br />

no los abandonó, o permitió que su fi<strong>de</strong>lidad fallara; pero se <strong>de</strong>sviaron <strong>de</strong> Él y se<br />

separaron <strong>de</strong> Su amor. Como rehusaron cumplir con las condiciones, sus promesas no<br />

tuvieron cumplimiento en ellos.<br />

El amor por Cristo y la fe en su venida se enfrío. Así es el resultado seguro <strong>de</strong> un<br />

<strong>de</strong>scuido para apreciar y mejorar la luz y los privilegios que Dios otorga. A menos que<br />

la iglesia siga a<strong>de</strong>lante en su provi<strong>de</strong>ncia abierta, aceptando cada rayo <strong>de</strong> luz,<br />

ejecutando cada (200) <strong>de</strong>ber cual sea revelado, la experiencia religiosa inevitable se<br />

<strong>de</strong>generará en la observancia <strong>de</strong> formas, y el espíritu <strong>de</strong> santidad vital <strong>de</strong>saparecerá.<br />

Esta verdad ha sido repetidamente ilustrada en la historia <strong>de</strong> la iglesia. Dios requiere <strong>de</strong><br />

su pueblo obras <strong>de</strong> fe y obediencia que correspon<strong>de</strong>n a las bendiciones y los privilegios<br />

otorgados. <strong>La</strong> obediencia requiere un sacrificio e involucra una cruz; y es por esto que<br />

tanto los profesos seguidores <strong>de</strong> Cristo rechazan la luz <strong>de</strong>l Cielo, y, como los judíos <strong>de</strong><br />

antiguo, no conocieron el tiempo <strong>de</strong> su visitación. (S. Lucas 19:44.) A causa <strong>de</strong> su<br />

orgullo e incredulidad, el Señor los pasó por alto, y reveló su verdad a los hombres <strong>de</strong><br />

vida humil<strong>de</strong>, quienes hicieron caso a toda la luz que habían recibido (201.)<br />

Capitulo XIII<br />

________<br />

79

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!