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La Destrucción de Jerusalén

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papistas, que se jactan <strong>de</strong> sus milagros como signo cierto <strong>de</strong> que su iglesia es la<br />

verda<strong>de</strong>ra, serán fácilmente engaitados por este po<strong>de</strong>r maravilloso, y los protestantes,<br />

que han arrojado <strong>de</strong> sí el escudo <strong>de</strong> la verdad, serán igualmente seducidos. Los papistas,<br />

los protestantes y los mundanos aceptarán igualmente la forma <strong>de</strong> la piedad sin el po<strong>de</strong>r<br />

<strong>de</strong> ella, y verán en esta unión un gran movimiento para la conversión <strong>de</strong>l mundo y el<br />

comienzo <strong>de</strong>l milenio tan largamente esperado.<br />

El espiritismo hace aparecer a Satanás como benefactor <strong>de</strong> la raza humana, que<br />

sana las enfermeda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l pueblo y profesa presentar un sistema religioso nuevo y más<br />

elevado; pero al mismo tiempo obra como <strong>de</strong>structor. Sus tentaciones arrastran a<br />

multitu<strong>de</strong>s a la ruina. <strong>La</strong> intemperancia <strong>de</strong>strona la razón, los placeres sensuales, las<br />

disputas y los crímenes la siguen. Satanás se <strong>de</strong>leita en la guerra, que <strong>de</strong>spierta las más<br />

viles pasiones <strong>de</strong>l alma, y arroja luego a sus víctimas, sumidas en el vicio y en la sangre,<br />

a la eternidad. Su objeto consiste en hostigar (406) a las naciones a hacerse mutuamente<br />

la guerra; pues <strong>de</strong> este modo pue<strong>de</strong> distraer los espíritus <strong>de</strong> los hombres <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong><br />

preparación necesaria para subsistir en el día <strong>de</strong>l Señor.<br />

Satanás obra asimismo por medio <strong>de</strong> los elementos para cosechar muchedumbres<br />

<strong>de</strong> almas aún no preparadas. Tiene estudiados los secretos <strong>de</strong> los laboratorios <strong>de</strong> la<br />

naturaleza y emplea todo su po<strong>de</strong>r para dirigir los elementos en cuanto Dios se lo<br />

permita. Cuando se le <strong>de</strong>jó que afligiera a Job, ¡cuán prestamente fueron <strong>de</strong>struidos<br />

rebaños, ganado, sirvientes, casas e hijos, en una serie <strong>de</strong> <strong>de</strong>sgracias, obra <strong>de</strong> un<br />

momento! Es Dios quien protege a sus criaturas y las guarda <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l <strong>de</strong>structor.<br />

Pero el mundo cristiano ha manifestado su menosprecio <strong>de</strong> la ley <strong>de</strong> Jehová, y el Señor<br />

hace exactamente lo que <strong>de</strong>claró que haría: alejará sus bendiciones <strong>de</strong> la tierra y retirará<br />

su cuidado protector <strong>de</strong> sobre los que se rebelan contra su ley y que enseñan y obligan a<br />

los <strong>de</strong>más a hacer lo mismo. Satanás ejerce dominio sobre todos aquellos a quienes Dios<br />

no guarda en forma especial. Favorecerá y hará prosperar a algunos para obtener sus<br />

fines, y atraerá <strong>de</strong>sgracias sobre otros, al mismo tiempo que hará creer a los hombres<br />

que es Dios quien los aflige.<br />

Al par que se hace pasar ante los hijos <strong>de</strong> los hombres como un gran médico que<br />

pue<strong>de</strong> curar todas sus enfermeda<strong>de</strong>s, Satanás producirá enfermeda<strong>de</strong>s y <strong>de</strong>sastres al<br />

punto que ciuda<strong>de</strong>s populosas sean reducidas a ruinas y <strong>de</strong>solación. Ahora mismo está<br />

obrando. Ejerce su po<strong>de</strong>r en todos los lugares bajo mil formas; en las <strong>de</strong>sgracias y<br />

calamida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> mar y tierra, en las gran<strong>de</strong>s conflagraciones, en los tremendos huracanes<br />

y en las terribles tempesta<strong>de</strong>s <strong>de</strong> granizo, en las inundaciones, en los ciclones, en las<br />

mareas extraordinarias y en los terremotos. Destruye las cosechas casi maduras y a ello<br />

siguen la hambruna (407) y la angustia; propaga por el aire emanaciones mefíticas y<br />

miles <strong>de</strong> seres perecen en la pestilencia. Estas plagas irán menu<strong>de</strong>ando más y más y se<br />

harán más y más <strong>de</strong>sastrosas. <strong>La</strong> <strong>de</strong>strucción estará sobre los habitantes <strong>de</strong>l mundo. <strong>La</strong>s<br />

bestias <strong>de</strong>l campo gemirán, y la tierra langui<strong>de</strong>cerá.<br />

Y luego el gran engañador persuadirá a los hombres <strong>de</strong> que son los que sirven a<br />

Dios los que causan esos males. <strong>La</strong> parte <strong>de</strong> la humanidad que haya provocado el<br />

<strong>de</strong>sagrado <strong>de</strong> Dios lo cargará a la cuenta. Los pocos fieles a quién el Señor ha enviado a<br />

ellos con mensajes <strong>de</strong> aviso y reprobación. Se <strong>de</strong>clarará que los hombres ofen<strong>de</strong>n a Dios<br />

al violar el <strong>de</strong>scanso <strong>de</strong>l domingo; que este pecado ha atraído calamida<strong>de</strong>s que no<br />

concluirán hasta que la observancia <strong>de</strong>l domingo no sea estrictamente obligatoria; y que<br />

los que proclaman la vigencia <strong>de</strong>l cuarto mandamiento, haciendo con ello que se pierda<br />

el respeto <strong>de</strong>bido al domingo y rechazando en favor divino, turban a la nación y alejan<br />

la prosperidad temporal. Y así se repetirá la acusación hecha antiguamente al siervo <strong>de</strong><br />

Dios y por motivos <strong>de</strong> la misma índole: “Cuando Ajab vio a Elías, le dijo: ¿Eres tú, el<br />

que perturbas a Israel? Y él respondió: yo no he perturbado a Israel, sino tú y la casa <strong>de</strong><br />

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