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papistas, purgatorio, oraciones por los muertos, invocación <strong>de</strong> santos, etcétera, el cual<br />
ha surgido <strong>de</strong> esta fuente, ha conducido muchos protestantes a negar la resurrección y el<br />
juicio, y han ascendido a revoltosa herejía <strong>de</strong>l tormento eterno, y el peligroso <strong>de</strong><br />
universalismo.<br />
Y aún más peligroso y más ampliamente sostenido que estas son las<br />
suposiciones <strong>de</strong> que la ley <strong>de</strong> Dios fue abolida en la cruz, y que el primer día <strong>de</strong> la<br />
semana es ahora un día santo, en lugar <strong>de</strong>l Sábado <strong>de</strong>l cuarto mandamiento.<br />
Cuando maestros fieles exponen la Palabra <strong>de</strong> Dios, surgen hombres <strong>de</strong><br />
erudición, ministros profesando enten<strong>de</strong>r las Escrituras, quienes <strong>de</strong>nuncian la doctrina<br />
sana como herejía, y así alejan a los que buscan la verdad. No es que el mundo está<br />
<strong>de</strong>sesperadamente (235) embriagado con el vino <strong>de</strong> Babilonia, multitu<strong>de</strong>s serán<br />
con<strong>de</strong>nados y convertidos por las claras y cortantes verda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la Palabra <strong>de</strong> Dios. El<br />
pecado <strong>de</strong> la impenitencia <strong>de</strong>l mundo se tien<strong>de</strong> a la puerta <strong>de</strong> la iglesia.<br />
Dios envió a su pueblo profesó un mensaje que corregiría los errores que les<br />
separaban <strong>de</strong> su favor. Un estado <strong>de</strong> unión fe y amor había sido producido entre los que<br />
<strong>de</strong> cada <strong>de</strong>nominación en la cristiandad recibieron la doctrina <strong>de</strong>l advenimiento; y si las<br />
iglesias en general habían aceptado la misma verdad, los mismos resultados benditos<br />
habrían seguido. Pero Babilonia <strong>de</strong>s<strong>de</strong>ñosamente rechazó el último medio que el Cielo<br />
tenía en reserva para su restauración, y entonces, con mayor anhelo, se volvía a buscar<br />
la amistad <strong>de</strong>l mundo.<br />
Los que predicaron el primer mensaje no tenían propósito o esperanza <strong>de</strong> causar<br />
divisiones en las iglesias, o <strong>de</strong> formar organizaciones separadas. “En todos mis trabajos,<br />
- dijo Guillermo Miller, - yo nunca tenía el <strong>de</strong>seo o pensé establecer algún interés<br />
separado <strong>de</strong> las <strong>de</strong>nominaciones existentes, o beneficiarse uno a expensas <strong>de</strong>l otro. Yo<br />
pensé beneficiar a todos. Suponiendo que todos los cristianos se regocijarían en la<br />
perspectiva <strong>de</strong> la venida <strong>de</strong> Cristo, y que los que no pudieron ver como yo nunca<br />
<strong>de</strong>jarían <strong>de</strong> amar a los que abrazarían esta doctrina, yo no concebí que alguna vez habría<br />
alguna necesidad <strong>de</strong> reuniones separadas. Mi objetivo único era el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> convertir<br />
almas a Dios, notificar al mundo <strong>de</strong> un Juicio próximo, e inducir a mis prójimos a hacer<br />
esa preparación <strong>de</strong> corazón el cual los habilitaría para encontrar su Dios en paz. <strong>La</strong> gran<br />
mayoría <strong>de</strong> los que se convirtieron bajo mis trabajos unidos (236) con las varias iglesias<br />
existentes. Cuando individuos venían a mi preguntando con respeto a su obligación, yo<br />
siempre les dije ir a don<strong>de</strong> se sientan en casa; y yo nunca favorecí alguna <strong>de</strong>nominación<br />
en mi consejo tal.”<br />
Por un tiempo muchas <strong>de</strong> las iglesias acogieron sus trabajos; pero como<br />
<strong>de</strong>cidieron en contra <strong>de</strong> la verdad <strong>de</strong>l advenimiento, ellos <strong>de</strong>searon suprimir toda<br />
agitación <strong>de</strong>l tema. Los que habían aceptado la doctrina así fueron colocados en una<br />
posición <strong>de</strong> prueba gran<strong>de</strong> y perplejidad. Amaron sus iglesias, y eran aborrecidos y<br />
separados <strong>de</strong> ellas; pero como fueron ridiculizados y oprimidos, negándoles el<br />
privilegio <strong>de</strong> hablar <strong>de</strong> su esperanza, o <strong>de</strong> asistir a la predicación sobre la venida <strong>de</strong>l<br />
Señor, muchos por fin se levantaron y <strong>de</strong>secharon el yugo que había sido impuesto<br />
sobre ellos.<br />
En los días <strong>de</strong> la Reforma, el bondadoso y piadoso Melanchton <strong>de</strong>claró: “No hay<br />
otra iglesia que la asamblea <strong>de</strong> esos que tienen la Palabra <strong>de</strong> Dios, y quienes son<br />
purificados por ella.” Los adventistas, viendo que las iglesias rechazaron el testimonio<br />
<strong>de</strong> la Palabra <strong>de</strong> Dios, no pudieron consi<strong>de</strong>rarlos más tiempo como constituyentes <strong>de</strong> la<br />
iglesia <strong>de</strong> Cristo, “la columna y la tierra <strong>de</strong> la verdad;” y como el mensaje, “Ha caído<br />
Babilonia,” empezaron a ser proclamadas, se sintieron justificados separándose <strong>de</strong> su<br />
conexión anterior.<br />
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