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observadores <strong>de</strong>l domingo. Era una bendición para ellos y para las generaciones<br />
posteriores fue una gran bendición que tal unión no pudiera existir; si esta unión hubiese<br />
continuado eventualmente hubiese causado que la luz <strong>de</strong>l santo sábado <strong>de</strong> Dios se<br />
tomara en obscuridad.<br />
Unos años más tar<strong>de</strong>, se formó una iglesia en New Jersey. Un celoso observador<br />
<strong>de</strong>l domingo, reprobó una persona para trabajar en ese día, fue pedida su autoridad <strong>de</strong><br />
las Escrituras. En la búsqueda encontró el mando divino para guardar el séptimo día, y<br />
él comenzó en seguida a observarlo. A través <strong>de</strong> sus trabajos se levantó una Iglesia<br />
guardadora <strong>de</strong>l sábado.<br />
Des<strong>de</strong> ese tiempo el trabajo gradualmente se extendió, hasta que millares<br />
empezaron la observancia <strong>de</strong>l sábado. Entre los Bautistas <strong>de</strong>l Séptimo día <strong>de</strong> este país<br />
han sido hombres eminentes <strong>de</strong> talento, por su aprendizaje, y piedad. Ellos han hecho un<br />
trabajo gran<strong>de</strong> y bueno manteniéndose <strong>de</strong> pie por doscientos años en <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong>l sábado<br />
antiguo (184.)<br />
En el presente siglo pocos han tomado una posición más noble por esta verdad<br />
que fue tomada por el Anciano J.W. Morton, cuyos trabajos y escritos en favor <strong>de</strong>l<br />
sábado ha conducido muchos a su observancia. Él fue enviado como un misionero a<br />
Haití por los presbiterianos reformados. Publicaciones <strong>de</strong> los que observan el sábado<br />
cayeron en sus manos, y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> dar al sujeto un examen cuidadoso, él quedo<br />
satisfecho que el cuarto mandamiento requiere la observancia <strong>de</strong>l Séptimo día sábado.<br />
Sin esperar a consi<strong>de</strong>rar sus intereses propios, él inmediatamente <strong>de</strong>terminó obe<strong>de</strong>cer a<br />
Dios. Él volvió a casa, hizo saber su fe, y fue tratado como hereje, y expulsado <strong>de</strong> la<br />
iglesia reformada Presbiteriana sin permitírsele presentar las razones <strong>de</strong> su posición.<br />
<strong>La</strong> conducta <strong>de</strong>l sínodo Presbiteriano en con<strong>de</strong>nar al Anciano Morton sin<br />
conce<strong>de</strong>rle ser oído, es una evi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l espíritu <strong>de</strong> intolerancia que todavía existe, aún<br />
entre los que reclaman ser reformadores protestantes. El Dios Infinito, cuyo trono esta<br />
en los Cielos, con<strong>de</strong>scien<strong>de</strong> en dirigirse a su pueblo: “Venid luego, dice Jehová, y<br />
estemos a cuenta.” (Isaías 1:18.) Pero hombres frágiles errantes orgullosamente rehusan<br />
razonar con sus hermanos. Ellos están listos para censurar a quien acepta alguna luz que<br />
ellos no han recibido - como si Dios se empeñara en no dar más luz <strong>de</strong> la que les había<br />
dado. Este es el camino a seguir por los opositores <strong>de</strong> la verdad en cada edad. Olvidan la<br />
<strong>de</strong>claración <strong>de</strong> las Escrituras, “Luz está implantada <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l justo.” (Salmos 97:11.)<br />
“Más la senda <strong>de</strong> los justos es como la luz <strong>de</strong> la aurora, que va en aumento hasta llegar a<br />
pleno día.” (Proverbios 4:18.) Es una cosa triste cuando una gente reclama ser<br />
reformadora y cesan <strong>de</strong> reformarse (185.)<br />
Si cristianos profesos tan sólo compararan cuidadosamente y piadosamente sus<br />
diferencias con las Escrituras, poniendo al lado todo orgullo <strong>de</strong> opinión y <strong>de</strong>seo por la<br />
supremacía, una inundación <strong>de</strong> luz sería arrojada sobre las iglesias ahora vagando en la<br />
obscuridad <strong>de</strong>l error. Tan rápido como su pueblo pueda llevarlo. El Señor les revela sus<br />
errores en doctrina y sus <strong>de</strong>fectos <strong>de</strong> carácter. De edad en edad Él ha levantado hombres<br />
y les calificó para hacer un trabajo especial necesario en su tiempo. Pero a ninguno <strong>de</strong><br />
éstos les ha dado Él cometido <strong>de</strong> toda la luz que Él quiere dar al mundo. <strong>La</strong> sabiduría no<br />
muere con ellos. No era la voluntad <strong>de</strong> Dios que el trabajo <strong>de</strong> Reforma cesara con la<br />
<strong>de</strong>saparición <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> Lucero; no era su voluntad que en la muerte <strong>de</strong> los Wesley la<br />
fe cristiana tenía que quedar estereotipada. El trabajo <strong>de</strong> Reforma es progresivo.<br />
A<strong>de</strong>lante, es el mando <strong>de</strong> nuestro gran Lí<strong>de</strong>r, - a<strong>de</strong>lante a la victoria.<br />
No <strong>de</strong>beríamos <strong>de</strong> ser aceptados y honrados por Dios en hacer el mismo trabajo<br />
que nuestros padres hicieron. No ocupamos la posición que ellos ocuparon en el<br />
<strong>de</strong>sdoblamiento <strong>de</strong> la verdad. Para ser aceptados y honrados como ellos fueron, tenemos<br />
que mejorar la luz que brilla sobre nosotros, como ellos mejoraron a que brilló sobre<br />
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