11.05.2013 Views

La Destrucción de Jerusalén

La Destrucción de Jerusalén

La Destrucción de Jerusalén

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

'no he venido para traer paz, sino espada.' Dios es maravilloso y terrible en sus (132)<br />

consejos. Tengamos cuidado en nuestros esfuerzos en <strong>de</strong>tener las discordias que no<br />

hemos encontrado en la lucha contra la Palabra Santa <strong>de</strong> Dios, y bajar sobre nuestras<br />

cabezas una inundación espantosa <strong>de</strong> peligros inextricables, <strong>de</strong>sastre presente, y<br />

<strong>de</strong>solación eterna... Puedo citar los ejemplos <strong>de</strong> los que se han apartado <strong>de</strong> los oráculos<br />

<strong>de</strong> Dios. Puedo hablar <strong>de</strong> los Faraones, <strong>de</strong> los reyes <strong>de</strong> Babilonia o <strong>de</strong> Israel, quienes<br />

nunca estuvieron contribuyendo más a sus propias ruinas que cuando, por las medidas<br />

en la apariencia más pru<strong>de</strong>nte, pensaron establecer su autoridad. Dios “arranca los<br />

montes, y ellos no saben”.”<br />

Lutero había hablado en alemán; se le pidió que repitiera su discurso en latín. Y<br />

aunque rendido por el primer esfuerzo, hizo lo que se le pedía y repitió su discurso en<br />

latín, con la misma energía y claridad que la primera vez. <strong>La</strong> provi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> Dios<br />

dirigió este asunto. <strong>La</strong> mente <strong>de</strong> muchos <strong>de</strong> los príncipes estaba tan cegada por el error y<br />

la superstición que la primera vez no apreciaron la fuerza <strong>de</strong> los argumentos <strong>de</strong> Lutero;<br />

pero al repetirlos el orador pudieron darse mejor cuenta <strong>de</strong> los puntos <strong>de</strong>sarrollados por<br />

él.<br />

Aquellos que cerraban obstinadamente los ojos para no ver la luz, resueltos ya a<br />

no aceptar la verdad, se llenaron <strong>de</strong> ira al oír las po<strong>de</strong>rosas palabras <strong>de</strong> Lutero. Tan<br />

luego como hubo <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> hablar, el que tenía que contestar en nombre <strong>de</strong> la dieta le<br />

dijo con indignación: “No habéis respondido a la pregunta. Se exige <strong>de</strong> vos una<br />

respuesta clara y precisa. ¿Queréis retractaros, sí o no?”<br />

El reformador contestó: “Siendo que su serena majestad y los príncipes<br />

requieren una respuesta sencilla, yo la daré así: A menos que yo sea convencido por las<br />

pruebas <strong>de</strong> las Escrituras o por razón evi<strong>de</strong>nte (por lo que yo (133) no creeré en los<br />

papas ni en concilios, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que ellos han errado frecuentemente y se han contra<strong>de</strong>cido<br />

ellos mismos), yo no puedo elegir pero me adheriré a la Palabra <strong>de</strong> Dios, la cual tiene<br />

posesión <strong>de</strong> mi conciencia. No puedo hacerlo ni nunca me retractaré, por lo que ni es<br />

seguro ni honesto actuar en contra <strong>de</strong> la conciencia. Aquí tomo mi posición; No puedo<br />

hacerlo <strong>de</strong> otra manera. ¡Dios es mi ayuda! Amén.”<br />

Así se mantuvo este hombre recto en el firme fundamento <strong>de</strong> la Palabra <strong>de</strong> Dios.<br />

<strong>La</strong> luz <strong>de</strong>l Cielo iluminaba su rostro. <strong>La</strong> gran<strong>de</strong>za y pureza <strong>de</strong> su carácter, el gozo y la<br />

paz <strong>de</strong> su corazón eran manifiestos a todos los que le oían dar su testimonio contra el<br />

error, y veían en él esa fe que vence al mundo.<br />

<strong>La</strong> asamblea entera quedó un rato muda <strong>de</strong> asombro. El emperador mismo y<br />

muchos <strong>de</strong> los príncipes fueron impresionados con admiración. Los partidarios <strong>de</strong> Roma<br />

estaban <strong>de</strong>rrotados; su causa ofrecía un aspecto muy <strong>de</strong>sfavorable. Procuraron conservar<br />

su po<strong>de</strong>río, no por medio <strong>de</strong> las Escrituras, sino apelando a las amenazas, como lo hace<br />

siempre Roma en semejantes casos. El orador <strong>de</strong> la dieta dijo: “Si no te retractas, el<br />

emperador y los estados <strong>de</strong>l imperio consi<strong>de</strong>rarán que camino adoptar contra un hereje<br />

obstinado.”<br />

Los amigos <strong>de</strong> Lutero, que habían oído su noble <strong>de</strong>fensa, poseídos <strong>de</strong> sincero<br />

regocijo, temblaron al oír las palabras <strong>de</strong>l orador oficial; pero el doctor mismo, con toda<br />

calma, repuso: “¡Dios me ayu<strong>de</strong>! porque <strong>de</strong> nada puedo retractarme.”<br />

Firme como una roca él estuvo <strong>de</strong> pie, mientras las olas más furiosas <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r<br />

mundano estrellaban inofensivamente contra él. <strong>La</strong> energía sencilla <strong>de</strong> sus palabras, su<br />

porte intrépido, su (134) calma, sus ojos expresivos, y la <strong>de</strong>terminación inalterable<br />

expresada en cada palabra y acción, hicieron una impresión honda en la asamblea. Era<br />

ya bien claro y evi<strong>de</strong>nte que no podrían inducirle a ce<strong>de</strong>r, ni <strong>de</strong> grado ni por fuerza, a las<br />

exigencias <strong>de</strong> Roma.<br />

51

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!