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La Destrucción de Jerusalén

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ambos viejos y jóvenes, investiguen a fondo estos asuntos, y que estén siempre prontos<br />

a dar respuesta a todo aquel que les pidiere razón <strong>de</strong> la esperanza que hay en ellos.<br />

<strong>La</strong> intercesión <strong>de</strong> Cristo por el hombre en el santuario celestial es tan esencial<br />

para el plan <strong>de</strong> la salvación como lo fue su muerte en la cruz. Con su muerte dio<br />

principio a aquella obra para cuya conclusión ascendió al Cielo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su<br />

resurrección. Por la fe <strong>de</strong>bemos entrar velo a<strong>de</strong>ntro, “don<strong>de</strong> Jesús entró por nosotros<br />

como precurso.” Allí se refleja la luz <strong>de</strong> la cruz <strong>de</strong>l Calvario; y allí po<strong>de</strong>mos obtener una<br />

comprensión más clara <strong>de</strong> los misterios <strong>de</strong> la re<strong>de</strong>nción. <strong>La</strong> salvación <strong>de</strong>l hombre se<br />

cumple a un precio infinito para el Cielo; el sacrificio hecho correspon<strong>de</strong> a las más<br />

amplias exigencias <strong>de</strong> la ley <strong>de</strong> Dios quebrantada. Jesús abrió (313) el camino que lleva<br />

al trono <strong>de</strong>l Padre, y por su mediación pue<strong>de</strong>n ser presentados ante Dios los <strong>de</strong>seos<br />

sinceros <strong>de</strong> todos los que a Él se allegan con fe.<br />

“El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se<br />

enmienda alcanzará misericordia.” (Proverbios 28:13.) Si los que escon<strong>de</strong>n y disculpan<br />

sus faltas pudiesen ver cómo Satanás se alegra <strong>de</strong> ello, y los usa para <strong>de</strong>safiar a Cristo y<br />

sus santos ángeles, se apresurarían a confesar sus pecados y a renunciar a ellos. Satanás<br />

está continuamente tratando <strong>de</strong> engañar a los discípulos <strong>de</strong> Cristo con su fatal sofisma<br />

que sus rasgos <strong>de</strong>fectuosos <strong>de</strong> carácter es imposible vencerlos. Pero Jesús aboga en su<br />

favor con sus manos heridas, su cuerpo quebrantado, y <strong>de</strong>clara a todos los que quieran<br />

seguirle: “Bástate mi gracia.” (2 Corintios 12:9.) “Llevad mi yugo sobre vosotros, y<br />

apren<strong>de</strong>d <strong>de</strong> mi, que soy manso y humil<strong>de</strong> <strong>de</strong> corazón; y hallaréis <strong>de</strong>scanso para<br />

vuestras almas; porque mi yugo es cómodo, y mi carga ligera.” (S. Mateo 11:29,30.)<br />

Nadie consi<strong>de</strong>re, pues, sus <strong>de</strong>fectos como incurables. Dios conce<strong>de</strong>rá fe y gracia para<br />

vencerlos.<br />

Todos los que <strong>de</strong>sean que sus nombres sean conservados en el libro <strong>de</strong> la vida,<br />

<strong>de</strong>ben ahora, en los pocos días que les quedan <strong>de</strong> este tiempo <strong>de</strong> gracia, afligir sus almas<br />

ante Dios con verda<strong>de</strong>ro arrepentimiento y dolor por sus pecados. Hay que <strong>de</strong>poner el<br />

espíritu liviano y frívolo al que se entregan la mayoría <strong>de</strong> los cristianos <strong>de</strong> profesión.<br />

Empeñada lucha espera a todos aquellos que quieran subyugar las malas inclinaciones<br />

que tratan <strong>de</strong> dominarlos.<br />

Solemnes son las escenas relacionadas con la obra final <strong>de</strong> la expiación.<br />

Incalculables son los intereses (314) que esta envuelve. El juicio ahora esta pasando en<br />

el Santuario Celestial. Esta obra se viene realizando <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace cuarenta años. Pronto -<br />

nadie sabe cuándo - les tocará ser juzgados a los vivos. En la augusta presencia <strong>de</strong> Dios<br />

nuestras vidas <strong>de</strong>ben ser pasadas en revista. En éste tiempo más que en cualquier otro<br />

tiempo conviene que toda alma preste atención a la amonestación <strong>de</strong>l Señor: “velad [y<br />

orad]; porque no sabéis cuándo es el tiempo señalado.” (S. Marcos 13:33,35,36.)<br />

“Pues si no velas, vendré sobre ti como un ladrón, y no conoces <strong>de</strong> ningún modo<br />

a qué hora vendré sobre ti.” (Apocalipsis 3:3.) Que peligrosa es la condición <strong>de</strong> los, que,<br />

crecen preocupados por su bien, vuelven a las atracciones <strong>de</strong>l mundo. Mientras que el<br />

hombre <strong>de</strong> negocios es absorbido en la caza <strong>de</strong> ganancia, mientras que el amante <strong>de</strong><br />

placer busca indulgencia, mientras que la hija <strong>de</strong> moda arregla sus adornos, - pue<strong>de</strong> ser<br />

que en esa hora el Juez <strong>de</strong> toda la tierra pronunciará la sentencia, “has sido pesado en<br />

balanza, y fuiste hallado falto.”<br />

Cada alma que ha nombrado el nombre <strong>de</strong> Cristo tiene un caso pendiente en el<br />

tribunal celestial. Es semana en corte para nosotros, y la <strong>de</strong>cisión pasada sobre cada<br />

caso sería final (315.)<br />

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