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ABRIR SEGUNDA PARTE

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— 943 —<br />

el Monarca llega a decir que quiere dejar libre a Lutero para que defienda<br />

su error (p. 87). En la realidad este gesto es pura palabrería política.<br />

Como lo exigía un caso de tanta transcendencia política como el de la<br />

desobediencia de Lutero, la cuestión había sido tratada ya por la<br />

Asamblea. La Dieta de Worms tuvo lugar los dias 17 y 18 de abril de 1921.<br />

Pero ya el 13 de febrero del mismo año, el nuncio Aleandro había<br />

pronunciado un largo discurso proponiendo las medidas convenientes para<br />

atajar las consecuencias perturbadoras de su doctrina. Y Carlos tenía<br />

también un edicto redactado que habla presentado a la Asamblea en el que<br />

ratificaba el anatema que había sido dictado por el Papa. Por razones de<br />

orden social y político, la Asamblea consideró oportuno dar audiencia a<br />

Lutero antes de proceder contra él. Pero el edicto estaba redactado. Por<br />

tanto 5 atribuir a Carlos ese talante magnánimo de “dejarle libre la defensa<br />

de su error” (p. 87) es pura falacia (6>.<br />

Y en verdad que la comparecencia de Lutero no es una defensa de su<br />

doctrina sino que en ella tiene que responder a dos cosas: por un lado a<br />

la pregunta de si son suyas las obras que se le mi¿estran; y por otro a si<br />

desea manifestar su retractación. Sobre esta doble cuestión la respuesta<br />

de Lutero es firme:<br />

“¿Por qué confesarlo? ¡Mías son!” (p. 89).<br />

Y a la segunda pregunta responderá:<br />

“¿Retractame? ¡Jamásl Tengo pensado<br />

bien lo que escribo, para rechazar<br />

ni una frase siquiera. Y hasta el día<br />

que alguien llegue hasta mí en la Sagrada<br />

Escritura y, en pugna razonada,<br />

me venza y me convenza en la porfía<br />

no puedo rechazar cosa ninguna” (p. 89).<br />

A continuación, Lutero rechaza la autoridad papal y de los concilios

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