Revista de la Biblioteca, Archivo y Museo - Memoria de Madrid

Cárcel (53); en el capitulo VI de la Menina el eiscudero del Cavalleiru da
Ponte habla de una fortaleza de su señor, «em que vivia urna sua imiah
viuva, a quem a elle dera para Ihe comer as rendas, emtanto que elle seguia
as aventuras», rasgo fraternal como el de Arnalte: «Aj^ deue estar en
pie la hazienda: de 03' más la hago tuya» (54); alguna semejanza también
podría hallarse entre los llantos de la hermana del Cavnlleiro y los de la
madre de Leriano al final de la Cárcel, etc.
Pasemos a señalar algunos paralelos —ya que no absolutas analogías
verbales— de pensamienio y expresión. «>
En el capítulo I de las Saudades se dice hablando de este libro: «Os
tristes o poderlo lér: mas ahi nSo os houve mais, homens, depois que ñas
mulheres houve piedade. Mulheres si; porque .seinpre nos homens houve
desamor». Compáre.se con AnutUe: «Y antes que su habla comen(,-asse,
haziéndome premias con mi fe, me dixo que todo lo que comigo hablasse,
en poder de mugeres no menos sentidas que discretas lo pusiessé, porque
mugeres supie.s.sen lo que muger le hizo, porque su condición más que la
de los hombi'es piado.sa sea...» (55); v con el comienzo del capitulo V de la
Cárcel: «más y mu\' más a las genei^osas mujeres que tienen él coi'azón
l eal de su nacimiento la piedad natural de su condición».
La doncella de la Menina busca la soledad «que me nño podia já
soffrer apar de minha casa, e desejava ii'-me por logares sós, onde desabafasse
em suspii^ar», lo mismo qüe Laureola en el capítulo VII de la Cárcel:
«érale la compañía aborrecible v la soledad agradable. Más veces se quejaba
que estaba mal por huir de los placeres. Cuando era vista fingía algún
dolor; cuando la dejubari daba grandes suspiros».
El nombre de Belisa que se encuentra en la Menina se recordará que
es el de la hermana del protagoni.sta en el Arnalte.
Al final del capítulo XIV de la obra de Ribeiro se relata como «o Cavalleiro»
.se encuentra con un cmatteiro queimado», el cual a sus preguntas
re.sponde «falando-lhe gallego, estas sos palabras:
Bin-ardcr.
Olhou o cavalleiro pelo barbarismo das lettras mudadas na pronunciavao
de B por Fe Mpor N, e pare.sceu-lhe mysterio, porque elle era aquelle
que tambem .se fóra arder, e quiz-se chamar assi, d'alli ávante».