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PDF - Aranzadi

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correspondía a montes de utilidad pública que<br />

estaban bajo la gestión de diversos organismos oficiales:<br />

Distrito Forestal, PFE (Diputación), y los propios<br />

ayuntamientos. Proponía el inmediato deslinde<br />

de los montes públicos y su «saneamiento legal» ya<br />

que confirma ocupaciones y usurpaciones en<br />

dichos montes amparadas en muchos casos por la<br />

lenidad de los propios ayuntamientos, e incluso su<br />

anuencia.<br />

Constataba la progresiva desaparición del haya,<br />

roble y castaño, y su sustitución por coníferas exóticas<br />

introducidas. Mientras que el inventario forestal<br />

de Madoz en Gipuzkoa había estimado la cifra<br />

de 11 millones de árboles (roble, castaño y haya),<br />

el inventario de 1947 arrojaba la cifra de 14 millones<br />

de árboles, de los que 11 millones pertenecían a<br />

plantaciones de coníferas. El Distrito achacaba esta<br />

desaparición de autóctonas al arbitrario tratamiento<br />

con que se habían aprovechado dichas masas<br />

forestales y a la incidencia de las enfermedades<br />

criptogámicas sobre estos árboles debilitados.<br />

Proponía, al menos en los montes públicos, la regeneración<br />

de sus masas forestales y la repoblación<br />

de los todavía extensos rasos. En terrenos particulares,<br />

el buen resultado económico de las exóticas<br />

introducidas era un factor favorecedor de su continuo<br />

incremento:<br />

«Los pinos insignis y strobus, los alerces europeo y<br />

japonés, abetos rojos y los cupresus han invadido los<br />

montes en recientes plantaciones. La posibilidad alcanza<br />

los 25 y 30 m3 en turnos cortos de igual edad. Los<br />

rendimientos, más aún en esta época de gran demanda<br />

de madera, resultan muy beneficiosos; todo lo que<br />

constituye un acicate para su propagación.[…] Sin<br />

embargo este procedimiento de exclusión de las especies<br />

indígenas en provecho de otras exóticas no muy<br />

estudiadas todavía, puede producir quebrantos económicos.»<br />

(FDM: Guipúzcoa, 1948, 215)<br />

El ingeniero jefe del Distrito estimaba en 1948<br />

que la existencia del monte era consustancial en<br />

la vida de los habitantes del mundo rural vasco.<br />

Por derecho consuetudinario, el dueño del caserío<br />

lo era de la madera, y el casero-inquilino de la<br />

leña, de ahí la permanencia de la práctica del desmoche<br />

hasta una época en que por falta de combustibles,<br />

la industria todavía demandaba carbón<br />

vegetal. Se estaba imponiendo una nueva fórmula<br />

de inquilinaje entre propietarios y arrendatarios<br />

consistente en la retirada del ganado del inquilino,<br />

para después hacer la plantación y cuidados del<br />

monte por parte del casero-inquilino, y repartir los<br />

beneficios al 50% con el propietario del caserío.<br />

MUNIBE (Suplemento / Gehigarria) 23, 2005<br />

EL PINO RADIATA EN LA HISTORIA FORESTAL VASCA<br />

TABLA 34 - USO DEL SUELO FORESTAL EN GIPUZKOA Y BIZKAIA<br />

(1948-1950)<br />

Uso forestal Bizkaia Gipuzkoa<br />

Pino 13% 9%<br />

Roble, haya, castaño 13% 14%<br />

Matorral 35% 19%<br />

Monte bajo 6% 10%<br />

Superficie no declarada 33% 48%<br />

Fuente SOES 1950 FDM Gipuzkoa, Bizkaia 1948, 1950.<br />

La Tabla 34 recoge la situación forestal de Gipuzkoa<br />

y Bizkaia en 1948-1950. De la superficie forestal declarada<br />

en Gipuzkoa, el pino era un 5% inferior a las frondosas<br />

autóctonas, mientras que en Bizkaia la superficie<br />

estaba igualada. Respecto a la propiedad privada, aunque<br />

el Decreto de 24 de septiembre de 1938 obligaba<br />

a los particulares a declarar la superficie forestal, sólo se<br />

había hecho declaración sobre el 39% de la superficie<br />

estimada de ambos territorios, ya que los propietarios<br />

forestales actuaban con total libertad en sus montes.<br />

En 1948, para compensar esta falta de control,<br />

se establece la citada notificación de corta, que<br />

regulaba la obligación del propietario del monte<br />

de remitir al Distrito una notificación de corta para<br />

cada aprovechamiento, que quedaba autorizada<br />

por silencio administrativo si no se producía la<br />

prohibición expresa y motivada de la misma.<br />

Dentro de este panorama, en el ámbito territorial del<br />

estado, O. ELORRIETA (1948) defendía en sus trabajos la<br />

iniciativa privada en la repoblación forestal, aunque con<br />

el respaldo de los servicios forestales. Propugnaba una<br />

clara política forestal que atendiese las crecientes necesidades<br />

de madera de las fábricas de pasta celulósica.<br />

Según la revista Montes, en 1948 un 20% de la<br />

materia prima destinada a la fabricación de pasta<br />

celulósica provenía directamente de las explotaciones<br />

forestales, y un 23% procedía de recortes<br />

de la industria del aserrío (Tabla 35).<br />

TABLA 35 – CONSUMO DE FIBRAS (T) PARA LA PRODUCCIÓN<br />

DE PASTA CELULÓSICA EN ESPAÑA (1948)<br />

Materia prima t %<br />

Paja 44.332 17%<br />

Esparto 54.265 21%<br />

Albardin 18.563 7%<br />

Cordelería 12.756 5%<br />

Trapos 9.916 4%<br />

Recortes 59.601 23%<br />

Otras pastas 9.385 4%<br />

Madera (apeas) 51.321 20%<br />

Total 260.139<br />

Fuente: Montes, enero-febrero 1950, 31(VI): 91<br />

S.C. <strong>Aranzadi</strong>. Z.E. Donostia/San Sebastián

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