PDF - Aranzadi
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106<br />
je tan grato que se contempla al entrar en la región será<br />
completamente distinto en un tiempo no muy lejano,<br />
pues presentará a la vista las masas oscuras del pino,<br />
destrozados herbales y unos cada día mas empobrecidos<br />
helechales.» (PÉREZ ENCISO, 1951, p. 116).<br />
En 1954, AZQUETA insistía en considerar al pino<br />
radiata como una especie de transición, que<br />
debía crear un hábitat que permitiese la introducción<br />
de la especie definitiva, roble o haya.<br />
Proponía hacer las repoblaciones en «mezclas<br />
íntimas» de pino radiata con frondosa, para realizar<br />
la transformación durante el primer turno,<br />
cuestiones que considera alejadas de la «ortodoxia<br />
forestal» pero que abrían el camino hacia un<br />
futuro «bioeconómico» de los montes.<br />
CAÑEDO-ARGÜELLES (1955), presidente del<br />
Consejo Superior de Montes, reflejaba su inquietud<br />
ante el posible efecto sobre el suelo de las<br />
especies rápidas: pino radiata y eucalipto.<br />
Consideraba positivo el fomento de ambas especies<br />
porque satisfacían las apremiantes necesidades<br />
de la industria y había convencido con su<br />
éxito a los sectores más reacios al interés de la<br />
causa forestal. Aún así, mostraba su prevención<br />
ante las «cosechas de celulosa, tan sumamente<br />
rápidas y repetidas», con un efecto desconocido<br />
en el suelo. Proponía recoger la experiencia que<br />
sobre el asunto se tenía en otros países.<br />
En marzo de 1956, tras las heladas en<br />
Gipuzkoa, el periodista Alfredo R. Antigüedad al<br />
describir el desastroso estado del arbolado guipuzcoano<br />
manifestaba:<br />
«Este [es el] panorama actual de nuestros montes, tan<br />
frecuentemente inclinado a la plantación de pinos, por<br />
razones que no vamos a señalar, pero que creemos que<br />
responderán a su aspecto industrial.» (El Diario Vasco,<br />
6 de abril de 1956).<br />
Este mismo periodista se cuestionaba la existencia<br />
de una única especie y los peligros de ello<br />
cuando una visión lógica aconsejaba la variedad<br />
de especies. Se preguntaba que habría pensado<br />
el verano de 1956 el dictador Franco, durante su<br />
viaje a San Sebastián, al contemplar los millones<br />
de árboles helados:<br />
«Cuando [Franco] ya hacía 6 ó 7 años había manifestado<br />
a un organismo económico de Guipúzcoa su sorpresa por<br />
la gran preferencia que al pino se había dado en la repoblación<br />
de nuestros montes y exponía la conveniencia de<br />
MUNIBE (Suplemento / Gehigarria) 23, 2005<br />
EL PINO RADIATA EN LA HISTORIA FORESTAL VASCA<br />
una mayor diversidad, defendiendo otras especies arbóreas.»<br />
(El Diario Vasco, 22 de agosto de 1956) 125 .<br />
ECHEVERRIA (1959) ante el gran esfuerzo repoblador<br />
que se desarrollaba en las provincias<br />
Cantábricas llamaba la atención sobre actuaciones<br />
fuera de estación. «Se repuebla sobre toda<br />
clase de suelos y altitudes sin tomar algunas<br />
medidas elementales de prudencia [...] siendo<br />
este caso demasiado frecuente en el Pinus insignis<br />
y en el Pinus pinaster.». Para evitar futuros problemas<br />
recomendaba utilizar en estos casos<br />
especies lentas o exóticas resistentes al frío126 .<br />
3.3.2 Desde el excursionismo y naturalismo vasco<br />
La FEDERACIÓN VASCO NAVARRA DE ALPINIS-<br />
MO en su memoria fundacional (1924), recogía un<br />
apartado específico sobre repoblación forestal y<br />
normas de tala:<br />
«Mucho se va haciendo en Vizcaya y Guipúzcoa en<br />
cuestión de repoblación forestal, pero entendemos que<br />
siendo el pino el árbol preferido por los repobladores,<br />
sin duda por su fácil desarrollo y aprovechamiento,<br />
influye de manera notable en la típica característica del<br />
paisaje vasco, viniendo a cambiar por entero su naturaleza.[...]<br />
Si importante es la repoblación forestal, no lo<br />
es menos normalizar y reglamentar las talas, poniendo<br />
coto a la labor destructora de propietarios desaprensivos.»<br />
(LÓPEZ DE GUEREÑU, 1980, p. 27).<br />
Desde aquella época, algunos colectivos de<br />
alpinistas acordaron dedicar una jornada a limpiar<br />
montes o plantar árboles, tal como aprueba en<br />
1927 la Comisión Alpina del Athletic Club de Bilbao,<br />
que prepara un programa para embellecer con<br />
árboles las cumbres y lugares pintorescos de<br />
Bizkaia. Su primera actuación se centra en el monte<br />
Bizkargi de Larrabezúa, para lo que solicita plantones<br />
de fresnos en los viveros de la Diputación Foral.<br />
Desde Bizkaia, el botánico GUINEA (1949) realiza<br />
una profunda crítica sobre el estado forestal provincial.<br />
Consideraba excesiva la contracción habida<br />
en los bosques en beneficio de los de especies foráneas<br />
como el pino radiata. Sin embargo, la reducción<br />
de la superficie nemoral la achacaba al factor antrópico<br />
que había reducido a muy escasos los robledales<br />
o hayedos que se podían visitar en Bizkaia:<br />
«En las proximidades de los poblados humanos el<br />
desembosque proseguido en forma ininterrumpida a lo<br />
largo de veinte siglos ha desembocado en el actual<br />
125 Aún así, debemos considerar a Franco como el decidido impulsor de esta política forestal.<br />
126 MESANZA (1979, p. 53), afirmaba que Ignacio Echeverria repetía con frecuencia la frase: «El pino insignis es un rico solterón al que hay que<br />
buscarle una buena novia» [especie complentaria en una estación más fría].<br />
S.C. <strong>Aranzadi</strong>. Z.E. Donostia/San Sebastián