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bienes privados que los aprovecha el titular. El resto de
trata de bienes públicos sobre los que los propietarios
no ejercen dominio (los aprovechan como cualquier otro
ciudadano) y constituyen las externalidades.
A este respecto, cabe mencionar la siguiente perversa
paradoja: los propietarios privados que han conservado
sus montes con una elevada calidad, — no
olvidemos, por ejemplo, que el 60% de las 17.000 ha de
hayedo de Gipuzkoa o el 75% del encinar de Bizkaia se
encuentran en montes privados — han visto limitado
más intensamente sus derechos, en aras de la preservación
de un activo natural valioso, que aquellos que
poseían un monte y lo han degradado por un uso no
sostenible.
Para paliar estas limitaciones al uso y aprovechamiento
de los montes en virtud al interés social que
prestan, existen las líneas de fomento y compensación
en las Diputaciones Forales, que tratan de ser, además,
un factor de equilibrio en la economía y sociología rural
y la propiedad forestal.
En los veinticinco años de ejercicio de la competencia
exclusiva en materia de montes, aprovechamientos y
servicios forestales, el Gobierno Vasco inicialmente y las
Diputaciones Forales, en los últimos veinte años, han creado
las estructuras administrativas necesarias, y se han
dotado presupuestariamente para el cumplimiento de
sus compromisos, a la vez que han impulsado la creación
de órganos y entidades destinados a la articulación
adecuada del ámbito forestal y de la conservación de la
naturaleza. Destacan entre ellas tres sociedades participadas
por el Gobierno Vasco y las Diputaciones, que
toman parte activa en la gestión forestal, en unión de los
propietarios forestales, las empresas de servicios forestales
y los viveristas: IKT, S.A., Oihanberri, S.A., Z.T.B.,S.A.,
y la Mesa intersectorial de la Madera, cuyas funciones y
objetivos están cumplidamente descritos en la Tesis.
Para aunar y dar apoyo y formación a los intereses
de propietarios forestales se crean las Asociaciones
impulsadas desde la Administración, que se confederan
las de los tres Territorios en 1984.
La Confederación de Propietarios Forestales, consciente
del relevante papel que para la sociedad tienen
los montes, promueven en el año 2003 la creación de la
Fundación Basoa al amparo de la Ley de Fundaciones
del Pais Vasco, sabedora de que, en los tiempos que
corren, se constata que para satisfacer los intereses
generales no es suficiente la sóla participación de la
Administración. La sociedad civil está capacitada para
crear por propia iniciativa, estructuras organizativas dirigidas,
precisamente, al cumplimiento de fines de interés
general, como es el caso, con el firme convenci-
MUNIBE (Suplemento / Gehigarria) 23, 2005
EL PINO RADIATA EN LA HISTORIA FORESTAL VASCA
miento de que debe estar presente en el momento crucial
en el que cuestiones clave en el campo de la ordenación
y gestión de montes, coinciden en el tiempo con
una profunda mutación del sector forestal en su conjunto,
sometido a presiones externas y cambios bruscos
de orden interno.
La Fundación Basoa con ámbito de actuación en el
Pais Vasco, entre sus objetivos tienen los de: crear,
mantener y mejorar la cubierta arbórea de los montes;
promover la ordenación y gestión forestal sostenible;
promocionar la utilización de la madera y asegurar el
suministro de este material ecológico; estimular en la
sociedad el interés y la importancia de los bosques,
fomentando un mejor conocimiento de los mismos; promover
la implicación de los diferentes agentes sociales
en la financiación necesaria para alcanzar estos objetivos
y colaborar con las distintas administraciones públicas,
competentes en materia forestal, para el cumplimiento
de sus objetivos.
Para responder a la pregunta que nos hacíamos al
comienza, de, si estamos haciendo lo que hay que
hacer, para dar respuesta a necesidades a largo plazo,
se nos presenta el reto permanente de no perder de
vista el equilibrio entre las tres funciones productora,
protectora y social de los montes, revisando la estrategia
de conservación en el bosque, integrando mejor la
conservación de la biodiversidad y del paisaje en la
gestión forestal ordinaria, entendida como gestión de
ecosistemas, para lo que en los montes públicos hay
que propiciar una mayor participación de los ayuntamientos
y profundizar en los procedimientos de participación
publica.
En la gestión de los montes privados, sin descuidar
el objetivo económico que se persigue, habría que
intentar delimitar zonas de reserva de arbolado maduro
en el que apoyarse para mejorar la red de corredores
ecológicos, incrementar el empleo de especies de
mayor valor económico y ambiental y extremar las medidas
precautorias en las prácticas de plantación y aprovechamiento
de madera con el fin de no poner riesgo el
suelo y el régimen hidrológico.
Estos retos nos plantean la eterna cuestión de conciliar
el interés general, que ofrece un espectro cada
vez más amplio y exigente, con la inmediatez de la
demanda privada, legítima por otro lado.
Se adivina que hoy más que nunca estamos necesitados
de afinar al máximo la puesta en juego de los
mecanismos culturales, sociales, económicos, y políticos
para integrar en la gestión sostenible de los montes,
las crecientes necesidades ambientales y sociales y las
prácticas de gestión tradicionales.
S.C. Aranzadi. Z.E. Donostia/San Sebastián