PDF - Aranzadi
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Diputaciones, que no dudan en dotar de medios<br />
repobladores a sus Servicios Forestales. Se aplica<br />
esta selvicultura como fórmula para la urgente repoblación<br />
del monte público deteriorado, y para favorecer<br />
en los particulares la utilización de especies<br />
de crecimiento rápido. En este sentido sería destacable<br />
la coincidencia en el debate mantenido en el<br />
seno de las distintas Diputaciones sobre la necesidad<br />
de facilitar la repoblación forestal para recuperar<br />
superficie forestal degradada y capitalizar el<br />
territorio. Como contrapartida, a cambio de las<br />
actuaciones directas, la Administración forestal provincial<br />
ejerce un control más intenso sobre los montes<br />
públicos, para reforestar un territorio caído en el<br />
abandono durante la hegemonía municipal.<br />
La industria papelera vasca, inicialmente había<br />
tenido un desarrollo independiente del recurso<br />
forestal, y se situaba en la Cornisa Cantábrica por<br />
las características de sus ríos y por disponer de<br />
puertos cercanos a los países nórdicos, abastecedores<br />
de su materia prima. Tras la crisis de 1918<br />
considera a los montes calvos del entorno como el<br />
lugar apropiado para producir especies productoras<br />
de celulosa a bajo coste y traer el monte a la<br />
fábrica, es decir, plantea reordenar el espacio rural<br />
en función de la ubicación de esta industria y de<br />
inversiones de capital ya realizadas.<br />
En este sentido, los nuevos selvicultores, que<br />
habían hecho sus repoblaciones sin una clara finalidad<br />
papelera, encuentran en esta industria una<br />
creciente demanda de materia prima, por lo que<br />
estas repoblaciones encuentran un mercado siempre<br />
deficitario y una atractiva cotización de la apea.<br />
Este hecho se confirma a partir de los años 20,<br />
en que debido al crecimiento rápido de la especie,<br />
los primeros repobladores pudieron poner en el<br />
mercado maderero fustes de pino radiata a precios<br />
muy atractivos.<br />
Primer Forestalismo<br />
A partir de los años 1920-1930 la industria papelera<br />
tendrá un importante papel en la introducción<br />
del pino radiata. La industria como tal, sobre todo<br />
desarrolló inversiones forestales propias con<br />
chopo, por lo que su papel fue crear un estado de<br />
opinión favorable a la repoblación con pino radiata<br />
en la Cornisa Cantábrica, alentando en su utilización<br />
a las Diputaciones y posteriormente al<br />
Patrimonio Forestal del Estado.<br />
La preponderancia de la iniciativa privada en las<br />
primeras repoblaciones, y la ausencia de conocimientos<br />
sobre la selvicultura del pino radiata, gene-<br />
FASES EN LA INTRODUCCIÓN DEL PINO RADIATA<br />
195<br />
ra una elevada gama en espaciamientos y regímenes<br />
de claras, situación que es especialmente destacada<br />
por los autores que estudian las primeras<br />
tablas de producción, y la causa para becar a<br />
Elorrieta en EE.UU. para conocer mejor la selvicultura<br />
de la especie. En este caso se puede resaltar<br />
una nueva colaboración familiar entre forestales<br />
vascos, Octavio Elorrieta e Ignacio Echeverría<br />
desde el IFIE en Madrid y José Elorrieta desde el<br />
Servicio Forestal de Bizkaia, que pusieron los<br />
medios económicos y técnicos para el conocimiento<br />
del pino radiata y su utilización industrial.<br />
Ya en esta fase de establecimiento de la especie<br />
se inicia el inacabable debate sobre el papel<br />
que el propietario privado debía tener en este tipo<br />
de producción forestal, es decir sobre el ejercicio<br />
de la acción forestalista y los límites de dicha<br />
actuación privada. Mientras para un sector del<br />
colectivo profesional ubicado en la administración,<br />
el interés particular obedecía a un afán<br />
especulativo y lucrativo, otros asignaban un creciente<br />
protagonismo al forestalista, como impulsor<br />
de la reconstrucción forestal. Este cuestionamiento<br />
acompañará al forestalismo durante todo el<br />
siglo XX. Pueden ilustrar esta situación algunos<br />
episodios tales como la frialdad con que se<br />
acoge a Adán de Yarza en la Escuela del Escorial<br />
(1871), o el enfrentamiento que tiene lugar en el<br />
congreso internacional de selvicultura de Roma<br />
(1926) entre el ingeniero de montes Luis Ferrer<br />
Jaume y el presidente del Instituto Agrícola<br />
Catalán Jaime Maspons y Camarasa, representante<br />
de los forestalistas catalanes, sobre la exigencia<br />
del primero para que los montes privados<br />
en España tuviesen un plan técnico elaborado por<br />
un técnico forestal (FERRER 1926). Otros autores<br />
como ECHEVERRIA durante su proceso investigador<br />
con el pino radiata, defendieron la iniciativa<br />
privada como capacitada para llevar a cabo la<br />
selvicultura intensiva con la especie, una vez definida<br />
por los técnicos.<br />
El debate, tal como se ha visto, continuará en<br />
el colectivo <strong>Aranzadi</strong> en los años 1950-1960 o con<br />
los grupos ecologistas a partir de 1970.<br />
La necesidad insatisfecha de madera celulósica<br />
Tras la dura experiencia de escasez de papel de<br />
los años 20, la garantía y control de producción<br />
papelera adquirió carácter estratégico para el<br />
Estado: el desabastecimiento de pastas papeleras<br />
dificultaba el funcionamiento de las dependencias<br />
administrativas y entorpecía la actividad empresa-<br />
MUNIBE (Suplemento / Gehigarria) 23, 2005 S.C. <strong>Aranzadi</strong>. Z.E. Donostia/San Sebastián