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PDF - Aranzadi

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• Utilización de los montes públicos como<br />

escaparates demostrativos de la selvicultura de<br />

interés estratégico del Estado, en especial la de<br />

máxima producción celulósica.<br />

• Reducción de controles al mercado de la<br />

madera, semilla y planta.<br />

Tal como recogen los casos de los montes<br />

estudiados, las motivaciones para el forestalista<br />

acerca de esta dinámica repobladora privada, se<br />

deben buscar tanto en la rentabilidad obtenida por<br />

las primeras repoblaciones, como en el progresivo<br />

abandono de terrenos agrícolas debido al éxodo<br />

rural. Durante esta fase, el cambio en la fisonomía<br />

del espacio forestal vasco se hace más patente<br />

bajo lo que han denominado algunos autores<br />

como la Fiebre pinífera, la Baso-iraultza, el Oro<br />

verde, o el Árbol de oro208 , que efectivamente<br />

genera unos atractivos retornos económicos a la<br />

inversión inicial de la repoblación. A esto se añadiría<br />

la presión en el mercado de una industria<br />

deficitaria en materia prima, que demandaba una<br />

mayor política repobladora con especies de crecimiento<br />

rápido. Esta industria acaba por crear sus<br />

divisiones forestales, para fomentar mediante consorcios<br />

las repoblaciones cercanas a sus centros<br />

de consumo, y garantizar el suministro de materia<br />

prima a sus fábricas.<br />

Esta amplia acción repobladora lógicamente<br />

interacciona con los usos agrarios tradicionales,<br />

siendo destacable la confrontación con una ganadería<br />

extensiva, acostumbrada al disfrute libre y<br />

gratuito del territorio forestal.<br />

Montes públicos: del interés ganadero al interés forestal<br />

El monte Mastondo era un reflejo de la situación<br />

de los montes calvos en la zona Cantábrica de<br />

finales del XIX: escaso arbolado dañado por periódicos<br />

incendios, zonas sujetas a pastoreo extensivo<br />

cubiertas de matorral y pasto, y extracciones<br />

anuales de brozas como cama de ganado y<br />

abono. Este modelo de utilización tenía como consecuencia<br />

un arbolado desequilibrado por el<br />

constante aumento de los rasos, al perder su<br />

arbolado la capacidad de regenerarse.<br />

En palabras de los alcaldes que, a principios<br />

del siglo XX, cursan escritos contrarios a las repoblaciones,<br />

era el único sistema posible para una<br />

población campesina pobre, de obtener ingresos<br />

complementarios, ya que esta población, como<br />

FASES EN LA INTRODUCCIÓN DEL PINO RADIATA<br />

197<br />

alternativa al cierre de montes, sólo tenía la emigración.<br />

Aunque en Mastondo existía en 1861 el suficiente<br />

trasmocho de roble y haya para permitir<br />

que un carbonero mantuviese una chaola de<br />

forma permanente en el monte, la quema de<br />

porciones del monte para obtener pasto y reducir<br />

el matorral o el jaro de roble, debía ser un<br />

hecho habitual cuando éste impedía el pastoreo.<br />

Aun así, la falta de suficientes rentas procedentes<br />

del pasto y trasmochos, hacía que<br />

cuando el pueblo se veía en la necesidad de<br />

obtener recursos económicos extraordinarios,<br />

recurría a subastar el escaso vuelo del monte:<br />

robledal, castañar y bortal.<br />

Según se desprende de los expedientes instruidos<br />

durante esos años, las autoridades locales<br />

mantenían una actitud permisiva respecto a estas<br />

prácticas, ya que se cita la presencia en<br />

Mastondo tanto de una cabaña ganadera vecinal<br />

de Menagarai y Beotegi, como de otros ganaderos<br />

de Ayala. Esta actitud avalaría que con motivo del<br />

primer plan foral de repoblación de 1867, en el<br />

interrogatorio remitido a la Diputación, se respondiese<br />

que el monte poseía viveros suficientes para<br />

garantizar su arbolado, mientras que ese mismo<br />

año, el informe forestal de López de Arroyabe calificase<br />

el monte como calvo. El informe del Servicio<br />

de Montes previo a la repoblación de 1946, que<br />

describe el monte como desarbolado con escasos<br />

rodales de roble, madroño y castaños, pone de<br />

manifiesto que 80 años después, la situación apenas<br />

había variado.<br />

El hecho que las Juntas Administrativas de<br />

Beotegi y Menagarai diesen su conformidad al<br />

consorcio para repoblar con pino radiata, supone<br />

un cambio en su percepción del monte, derivado<br />

de la previsión de ingresos económicos que ofrecía<br />

el pino radiata, y del cese parcial de la actividad<br />

ganadera extensiva. La decisión de las<br />

Juntas supuso la inmediata queja de los vecinos<br />

ganaderos al estimar que peligraba la rentabilidad<br />

de su ganadería, aunque su protesta no rechazaba<br />

de plano la repoblación y se centraba en solicitar<br />

que se dejase una parte sin repoblar para<br />

poder llevar allí sus ganados.<br />

Las posibles tensiones generadas en el pueblo<br />

por los expedientes tramitados por apresamiento<br />

de ganado, incendios, e incluso denuncias entre<br />

208 Según términos recogidos respectivamente por Iturri (El Diario Vasco, 18 de noviembre de 1977, p. 19); «Baso-iraultza=revolución forestal»<br />

SARRIEGI (1991, p. 63); ó AUGUSTÍN (1950)<br />

MUNIBE (Suplemento / Gehigarria) 23, 2005 S.C. <strong>Aranzadi</strong>. Z.E. Donostia/San Sebastián

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