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Conde de Toreno, Historia del levantamiento, guerra y revolución ...

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LIBRO DÉCIMOQUINTO (1808)<br />

italianos heridos, y nos convencimos <strong>de</strong> la fi<strong>de</strong>lidad con que los españoles<br />

ejecutaban el convenio.»<br />

Veáse, sin embargo, cómo eran remunerados. Los manresanos clamaron<br />

por venganza, y pidieron á Sarsfield y á Eroles que atacasen y<br />

<strong>de</strong>struyesen sin misericordia á los transgresores <strong>de</strong> toda ley, á hombres<br />

<strong>de</strong>sproveidos <strong>de</strong> toda humanidad. Cerraron los nuestros contra la retaguardia<br />

enemiga, en don<strong>de</strong> iban los napolitanos bajo Palombini. Desor<strong>de</strong>nados<br />

éstos, rehiciéronse, mas Eroles cargando <strong>de</strong> firme los arrolló y<br />

vengó algun tanto los ultrajes <strong>de</strong> Manresa.<br />

Distinguióse aquí el <strong>de</strong>spues malaventurado D. José María Torrijos,<br />

entónces coronel y libre ya <strong>de</strong> las manos <strong>de</strong> los franceses, entre las que,<br />

segun dijimos, habia caldo prisionero meses atras.<br />

Macdonald con tropiezos, y molestado siempre, prosiguió su ruta, pa<strong>de</strong>ciendo<br />

<strong>de</strong> nuevo bastante en un ataque que le dió en el Coll <strong>de</strong> David<br />

D. Manuel Fernan<strong>de</strong>z Villamil, comandante <strong>de</strong> Monserrat. A duras<br />

penas metióse en Barcelona el mariscal frances con 600 heridos, y una<br />

pérdida en todo <strong>de</strong> más <strong>de</strong> 1.000 hombres. Harispe el 5 <strong>de</strong> Abril volvió<br />

á Lérida yendo por Villafranca y Montblanch, no <strong>de</strong>jándole tampoco <strong>de</strong><br />

inquietar por aquel lado don José Manso, que <strong>de</strong> humil<strong>de</strong> estado, ilustrábase<br />

ahora por sus hechos militares.<br />

No sólo á los manresanos, mas á toda Cataluña enfureció el proce<strong>de</strong>r<br />

<strong>de</strong> los franceses en aquella marcha, y sobre todo la quema <strong>de</strong> una ciudad<br />

que en semejante ocasion no les habia ofendido en nada. Encruelecióse<br />

<strong>de</strong> resultas la <strong>guerra</strong>, tuvo crecimientos la saña. El Marqués <strong>de</strong> Campover<strong>de</strong><br />

expidió una circular en que <strong>de</strong>cía: «La conducta <strong>de</strong> los soldados<br />

franceses se halla muy en contradiccion con el trato que han recibido y<br />

reciben <strong>de</strong> los nuestros..... y la <strong>de</strong>l mariscal Macdonald no se ajusta en<br />

nada con las circunstancias <strong>de</strong> su carácter <strong>de</strong> mariscal, <strong>de</strong> duque, ni <strong>de</strong><br />

general que ha hecho la <strong>guerra</strong> á naciones cultas, que conoce el <strong>de</strong>recho<br />

<strong>de</strong> gentes, los sentimientos <strong>de</strong> la humanidad. No ha limitado su atrocidad<br />

este general á reducir á cenizas una ciudad inerme y que ninguna<br />

resistencia le ha opuesto, sino que pasando <strong>de</strong> bárbaro á perjuro, no<br />

ha respetado el asilo <strong>de</strong> nuestros militares enfermos, transgrediendo la<br />

inviolabilidad <strong>de</strong>l contrato formado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el principio <strong>de</strong> la <strong>guerra</strong>.» Y<br />

<strong>de</strong>spues concluia Campover<strong>de</strong>: «Doy ór<strong>de</strong>n á las divisiones y partidas<br />

où noous vimes plusieurs militaires français et italiens blessés, nous nous containquîmes <strong>de</strong><br />

la fidélité avec laquelle les espagnols exécutaient cette convention. (Mémoires du maréchal<br />

Suchet, tom. II, chap. II, pág. 29.)<br />

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