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su hija, al dejarla como interna en un colegio, qu.e para la joven es una carcel.
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Su padre, ademas, deja instrucciones con la Directora para que Marfa cum pia
con "sus deberes religiosos" (DC 2: 377-78). Es su tfo Iturrioz el que rescata a
su sobrina de esa situacion, y una vez liberada, al salir del colegio la espera su
amiga Natalia. La joven rusa Ie informa que la senora Rinaldi Ie ha dejado
algun dinero, en caso de una eventualidad imprevista. EI espfritu, a la vez
practico e indepediente, de Marfa se expresa por medio de su resolucion de
prescindir en 10 posible de esas doscientas libras esterlinas. La joven prota­
gonista ha rechazado el camino tortuoso de la hipocresia, y ha escogido el
camino recto del trabajo, sin buscar atajos 0 soluciones faciles (DC 2: 378-79).
Termina asf la primera parte de La ciudad de la niebla.
En la segunda parte, titulada "Las desilusiones," se regresa al narrador en
tercera persona. En la primera parte, la narradora en primera persona nos
relata directamente sus afanes, sus actividades, y sus resoluciones. En la
segunda parte, el alejamiento de un narrador en tercera persona es mas
apropiado para relatar las desilusiones de Marfa, y, en realidad, de otros
personajes; algunas desilusiones las inferimos, otras son explfcitas. Lo que
esta claro es que no todas las desilusiones son de Marfa. Otros personajes
desilusionados son la mecanografa anonima, y el matrimonio Roche.
Marfa se va a vivir con Natalia. En sus primeras experiencias de trabajo,
conoce en carne propia la explotacion, ·Ia astucia y el egofsmo de los patrones,
reales 0 potenciales. Se da cuenta tambien que hay un proletariado intelec­
tual paralelo al proletariado obrero. Una Marfa desalentada observa el estan­
que de Saint-James Park. Lo que ve senala la contradiccion entre su propia