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defensa propia, y que mantiene su individualidad. No abusa del mas debil; 10
que quiere hacer es defenderse del mas fuerte. Obtener un prestigio, una
reputaci6n de peleador es s610 un medio de autodefensa. Nos dice: "Yo creo
que nunca me puse con los fuertes contra los debiles; tenia odio a los grandes,
que se manifestaban despotas y barbaros" (OC 7: 543). En breve, el nino
Baroja ha encontrado en Pamplona el mundo de los fuertes y los debiles.
Significativamente, sin ser de los mas debiles, no se une a los mas fuertes.
Ya cursando el Instituto en Madrid, se manifiestan otros intereses que
marcaran los escritos de Baroja. Su interes por el estudio en San Isidro no es
tan grande como su interes por la vida en la gran ciudad; por la exploraci6n de
calles y barrios, y su interes por plcaros, charlatanes y criminales. Si el
ambiente no arroja 0 trasluce un significado y una finaJidad a la vida, tam poco
puede aun forjarselos el joven Baroja. Quizas por ello prefiera vivir al dla,
observando 10 que Ie causa interes:
De joven y sin cultura, no iba yo a forjarme un concepto, una
significaci6n y un fin de la vida, cuando flotaba, y flota en el
ambiente la sospecha de si la vida no tendra significaci6n ni
objeto; pero, sin proponermelo y sin hacerlo de una manera
expresa, marchaba a seguir la maxima del poeta latino: "Coge
la flor del dla sin pensar demasiado en la manana." (OC 7: 564)
AI recordar sus anos de estudiante de Medicina, Baroja nos senala 10 velei­
dose e inexplicable del destino. EI fue el unico que sali6 a flote y lIeg6 a ser
conocido. Esto tiene que chocarle al mismo Baroja, si consideramos que no
fue un estudiante de Medicina brillante ni mucho menos. EI futuro escritor
mostr6 perserverancia en terminar una carrera para la que no tenia vocaci6n, y
luego lIeg6 a distinguirse en su carrera literaria, a pesar de la falta de reco-