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situaci6n, y la aparente felicidad de otros seres: "Estuvo contemplando los
pelfcanos que marchaban sobre la tierra. Aquellos ani males, a pesar· de estar
lejos de su pafs y de su clima, parecfan felices en su esclavitud" (OC 2: 387).
Es esta una imagen schopenhaueriana; los que no piensan son felices.
Una Marfa debil, cansada, pero una Marfa que piensa, observa el fin de otra
jornada de trabajo. Es el fin de los afanes cotidianos que turban la paz, y de
los cuales la joven no es partfcipe. En estos momentos es un personaje
contemplativo. Su contemplaci6n se centra en la orilla izquierda del rfo, es
decir la orilla del trabajo, como se la ha descrito en la narraci6n. EI mundo
representado, reflejo del intelecto de Marfa, se compone de tres partes bien
claras, que oscilan, dentro del estado de animo de la joven, desde la confusi6n
a la tranquilidad.
La primera parte de este paisaje es cuando la bruma se despeja; desapa­
rece la oscuridad, 10 que permite ver el movimiento del tren, de las lanchas y de
las gaviotas. La niebla se descorre mas, 10 que permite ver la orilla izquierda
"con vaga claridad."
Se divisava un bosque de chimeneas, una confusi6n de gruas,
de pilas altas de madera, de carteles, de grandes cadenas, de
casetas con las paredes de cristal. Las gruas movf an gravemente
sus altos brazos, las chimeneas lanzaban al aire su humo negro,
y salfa de aquella aglomeraci6n de fabricas y de talleres una sinfonfa
de martillazos, cuando no un silbido 0 el taiier de una campana.
(OC 2: 388)
En esta descripci6n hay palabras y frases claves, tales como "confusi6n,"
"cadenas," "aglomeraci6n," y "sinfonfa de martillazos." A esto se une la idea de
movimiento. Es la actividad cotidiana y vital del mundo industrial moderno, que
carece de virtudes intelectuales. Una vez mas, encontramos una relaci6n con