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anaiftica. Decimos esto porque estamos convencidos que la obra de Baroja,
ademas de analizarla concienzudamente, hay que "sentirla".
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Aun cuando se estudie una sola novela de don PIo, creemos que es
necesario tener, por 10 menos, una razonable visi6n panoramica de su
noveifstica, y un conocimiento mediano de sus ensayos autobiograficos y de
sus Memorias. En este sentido, una novela de Baroja no se puede estudiar en
una forma totalmente aislada del resto de su producci6n literaria y del autor
mismo. Es siempre aconsejable no perder de vista la totalidad de ese "yo"
barojiano. Ver la parte con respecto al todo nos ayuda a analizar la obra
barojiana, individual y colectivamente, mucho mejor.
Hemos indicado, en el segundo capitulo de este trabajo, que pro Baroja
expresa en su obra una dualidad de tendencias, una realista y otra romantica.
Su tendencia realista compagina muy bien con los aspectos del pesimismo de
Schopenhauer que Baroja adopta 0 adapta. Esta tendencia realista se
relaciona tambien con el tema picaresco; mientras que la tendencia romantica
de Baroja, nunca independiente de su realismo, se relaciona con el tema
quijotesco. Este ultimo tema nos sirve no s610 para afinar nuestra percepci6n
del realismo en el autor vasco, sino que nos sirve tambien para examinar la
mezcla de romanticismo y realismo, la combinaci6n de realidad e ilusi6n
presente en Baroja.
AI pensar en el tema quijotesco, inmediatamente pensamos en Azorrn, en
Unamuno, yen Ortega y Gasset. No nos olvidemos de Baroja. La mezcla de
realidad e ilusi6n, de 10 racional y 10 emocional, de testimonio y lirismo que se
encuentra en Baroja, asr como los conceptos basicos de Schopenhauer que