UMI - The University of Arizona Campus Repository

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si vamos a hacer una comparaci6n, debemos fijarnos mas en el tratamiento de
los personajes y en las situaciones aparentemente repetitivas en que se
encuentran; asf vemos que Hurtado y Murgufa son seres ficticios diferentes.
Sus experiencias no son exactamente iguales; y la similaridad de sus vivencias
y experiencias son 16gicas, porque tienen lazos comunes de sensibilidad, y
porque van a representar mundos similares, 0 posiblemente iguales. Es decir,
estas dos representaciones del mundo pueden ser dos contribuciones a la
representacion del mundo todo. Asf lIegamos al mundo mezquino, miserable,
incomprensible y absurdo de que nos habla Schopenhauer. Nos hace falta el
filosofo aleman, para comenzar a comprender la repeticion barojiana. Por otra
parte, las barreras que nos construfmos nosotros mismos en este extreme del
camino critico se basan en algo obvio pero caracterfstico de Baroja, y que 10
diferencia de otros novelistas. Se trata del hecho de que don Pfo como creador
de ficciones es un escritor que trata muy poco de "esconderse," de esfumarse
de su propia ficcion. Las numerosas biograffas sobre el autor vasco, y sus
propias Memorias, nos sefialan una y otra vez las fuentes y las experiencias
que sirvieron de base para sus novelas. Notese que cuando un escritor se
esconde de su ficcion, y no se preocupa de dejar mucha informacion sobre sus
fuentes, el crftico se ocupa simplemente de analizar el texto, a veces cotejando
una obra lograda con una obra embrionaria del mismo autor, a veces
conjeturando con deleite acerca de posibles fuentes; otras veces comparando
una novela de un autor con una novela de otro, 0 bien aplicando una teorfa
literaria. En este sentido, Pio Baroja es un escritor desconcertante y paradojico
para el crftico. Desconcertante porque no se esconde y porque elimina el