UMI - The University of Arizona Campus Repository

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AI lIegar el otono y el mal tiempo, volvemos otra vez a esas nieblas
solemnes, negras, densas e impenetrables. EI sentimiento de hundimiento, de
subterraneidad de la gran ciudad persiste, ya que la protagonista tiene la
impresi6n de estar en un tunel. Ya vimos la diferencia entre los paisajes
citadinos y los paisajes campestres. Ahora vemos que los efectos de la niebla
son muy diferentes en campo y ciudad. La bruma en el campo produce un
efecto de fantasmagorra, es blancoazulada, y toma diferentes formas: "Tan
pronto quedaba a ras de suelo y parecra un mar blanco, en donde las copas de
los arboles eran penas, como formaba montes de algod6n y palacios
fantasticos" (OC 2: 387).
La bruma campestre misma parece la creadora del paisaje cercano a la
cas a de Wanda. En cambio, en el barrio pobre donde viven Marra y Natalia, los
efectos de la niebla son muy diferentes: " ... Ia combinaci6n de la niebla y del
humo era horrible y malsana, la calle estaba siempre sucia, mojada y pringosa.
Muchas veces esta niebla olla mal, a hidr6geno sulfurado, parecra que se
habran reventado todas las alcantarillas del pueblo" (OC 2: 397). Entonces,
tenemos la niebla creativa del campo, frente a la niebla degenerada de la
ciudad.
Marra fina.lmente encuentra trabajo de planta, como oficinista en una casa
de comisi6n. EI paisaje desde la ventana de la oficina del director, que nos
compone la joven sefiala un mundo complicado e irrisorio; grande y
melanc6lico. EI progreso, invasor del paisaje natural se manifiesta una vez
mas:
Oesde la ventana del cuarto del director se vera un gran panorama