UMI - The University of Arizona Campus Repository

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inquieta por su situaci6n, pierde algo de sueno, pero tiene la capacidad de
hacer un plan estrategico con su hermana Soledad. Ese plan incluye hacer
que Larranaga las venga a acompanar. Por el resto de la novela, vemos que
muchas de las apariciones de Pepita estan asociadas con el movimiento. Ala
lIegada a Suiza, ya en companla de Jose, hacen los dos un viaje por lancha
por un lago, y viajan por varias ciudades. Otras veces, en Suiza y en Paris,
discute y conversa con Jose, 0 Ie escucha a este sus divagaciones, mientras
pasean. La reconciliaci6n con Fernando representara otra salida, esta vez de
Paris. Es importante notar que, en la primera parte, al explicar Pepita sus
problemas matrimoniales, Jose, en sus divagaciones traiga a colaci6n el tema
de la utilidad de los viajes. Dice: "AI que cambia espiritualmente con el paisaje
Ie puede convenir viajar; al que no cambia nada no Ie servini gran cosa" (OC
1: 1236). Larranaga cree cambiar poco con los viajes. Debemos decir que su
esplritu pesimista esta formado de antemano. No es necesario que 131 salga de
su ciudad adoptiva de Rotterdam. Pero el punto que se infiere aqui es que a
Pepita y a Fernando no Ie sirven espiritualmente los viajes. Ambos son debiles
en el aspecto espiritual, e, ir6nicamente, es mejor que se queden en Bilbao,
donde los desacuerdos no son tan fuertes 0 aparentes. No se entienden
porque no han desarrollado una intimidad espiritual; y entendemos que no 10
haran porque ninguno de los dos quiere pecar de romantico.
Aunque desprecia a su marido, Pepita "hubiera hecho cualquier cosa por
lIegar a un acuerdo para no separarse de 131" (OC 1: 1218). En Dresde hablan
conocido a un matrimonio holandes sin hijos. Fernando comienza un amorlo
con la holandesa, sin preocuparse de mantener ninguna apariencia. Las