UMI - The University of Arizona Campus Repository

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encuentra triste y malhumorada. Segun su hermana Soledad, existen dos
razones para este estado de animo. La primera es que Fernando no ha rota
sus relaciones amorosas con la senora Van Leer; y la segunda es que Pepita
sigue pensando en la hija que se Ie muri6. Este es un dato nuevo; algo que
hasta este momento, dentro de la trilogia, no se habia mencionado (OC1:
1327).
En esta primera parte, desde el punto de vista de Jose, vemos el pesimismo
que ha producido la guerra, por medio de los edificios que observa. Con sus
primas visita los pueblos cercanos a Amsterdam. La violencia esta presente en
el palacio, marcado de balas, de los principes de Orange; y en la vieja torre
fortificada de La Haya. AI ver EI Palacio de la Paz, una atracci6n turistica, Jose
piensa que todo esto es una farsa, una "tartuferia" (OC 1: 1338-39). AI mismo
tiempo que vemos que Pepita y Jose estan i1usionandose, "entusiasmandose,"
los cincos capitulos de la primera parte dejan en claro que la esencia pesimista
de Larranaga esta siempre muy presente. La presencia de Pepita alimenta la
ilusi6n renaciente de Jose; pero, vemos que ambos se van dando cuenta, a
pesar de esta ilusi6n, de caracteristicas de este mundo holandes que dan un
reflejo pesimista. Esta representaci6n del mundo no sorprende en Jose; en el
caso de Pepita, vemos que al darse cuenta de estas cosas negativas, ha
desarrollado una mayor sensibilidad, algo que no demostr6 en las dos novelas
anteriores. No hace esto de Pepita un alma gemela de Jose, ni mucho menos;
pero Ie sirve para comprender mejor a su primo, y para sentir, hasta cierto
punto, 10 que 131 siente. Es este nuevo aspecto de la relaci6n entre los primos,
10 que hace posible, y verosimil, la renovada ilusi6n. Son capaces, entonces,