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torpeza, es a veces hábil. «Si <strong>se</strong> pre<strong>se</strong>nta la debilidad de <strong>un</strong> personaje con el que el<br />
espectador <strong>se</strong> ha identificado de modo divertido (ameno), el resultado es <strong>un</strong>a<br />
satisfacción infinita», dice Vale (246), y cita a Katherine Hepburn, en La mujer del año<br />
de George Stevens, intentando cocinar y acumulando torpezas. El espectador de hoy<br />
vuelve a encontrar<strong>se</strong> con la misma idea en Kramer contra Kramer de Robert Benton,<br />
cuando Dustin Hoffman, papá torpe, <strong>se</strong> debate con <strong>un</strong>os huevos revueltos.<br />
En Mabu<strong>se</strong>, la identificación del público está, en principio, adquirida con los dos<br />
jóvenes protagonistas, Kent y Lily, pero Hofmeister, que al principio del film <strong>se</strong><br />
muestra en <strong>un</strong>a situación de acecho, acosado y después inmerso en <strong>un</strong>a locura<br />
regresiva, es <strong>se</strong>guramente <strong>un</strong> personaje de fuerte identificación.<br />
Otra pareja es la que comparte la identificación de los espectadores en Tener y no<br />
tener (la de Harry y de Marie) y en Sansho, sin duda, <strong>se</strong> traslada primero a la pareja<br />
de Zushio y Anju, los dos niños per<strong>se</strong>guidos, posteriormente a Zushio solo, después<br />
que éste <strong>se</strong> haya rehabilitado. Es posible que, en este caso, la identificación <strong>se</strong> haga<br />
más bien con la familia inmersa en la desgracia y con la situación que <strong>se</strong> vive a través<br />
de todos sus miembros.<br />
2. TEMOR<br />
• Temor y purgación<br />
Para Aristóteles, el temor o phobos, es j<strong>un</strong>to a la piedad (éléos) <strong>un</strong>a de las dos<br />
acciones que la tragedia debe ejercer sobre las almas con el fin, dice, de «purgar el<br />
hombre de tales pasiones». Palabras más o menos claras sobre las que <strong>se</strong> han escrito<br />
miles de páginas de comentario o exégesis. ¿Acaso <strong>se</strong> trata de purgar, de «exorcizar»<br />
el temor y la piedad en sí mismas, provocándolas? Y, ¿de qué temor <strong>se</strong> trata: terror<br />
ante el poder de la fatalidad, o de los Dio<strong>se</strong>s, temor de las violencias —a<strong>se</strong>sinatos,<br />
suplicios— mostradas o evocadas en el teatro? Para más detalles, remitimos a todos<br />
los trabajos sobre la tragedia antigua y clásica.<br />
• El cine y el miedo<br />
El cine, arte del fuera de campo y de lo no mostrado, ha desarrollado particularmente<br />
el resorte del temor bajo la forma del miedo en todos sus matices, desde el escalofrió<br />
hasta el horror, pasando por la angustia y el espanto. Se podría decir que ning<strong>un</strong>a<br />
forma dramática es mejor equipada que el cine para provocar el miedo: desde sus<br />
condiciones materiales de repre<strong>se</strong>ntación (<strong>un</strong>a sala completamente oscura) hasta su<br />
lenguaje (basado en lo no visto, o lo no-visto-todavía: lo que no <strong>se</strong> ve inspira mucho<br />
más miedo que lo que <strong>se</strong> ve).<br />
El temor está más o menos pre<strong>se</strong>nte en tres de nuestras cuatro películas: en El<br />
testamento, sobre todo a través del personaje aterrador de Mabu<strong>se</strong> y sus apariciones<br />
demoniacas como fantasma, con máscara, con voz escondida dando órdenes; en Tener<br />
y no tener a través del poder fríamente sádico del capitán Renard; y en Sansho con el<br />
personaje del Intendente y varias escenas de crueldad (las dos escenas en las que <strong>se</strong><br />
marca con hierro a los personajes; la mutilación de Tamaki). En los tres casos, el<br />
temor está relacionado con personajes malvados dotados de poder.