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CAPÍTULO V<br />
El tablero y sus peones<br />
(elementos del guión)<br />
Historia y narración.— Unidad.— ¿Importante, e<strong>se</strong>ncial (Qué es)?— Sec<strong>un</strong>daria<br />
(Intriga).— Acción.— Per<strong>se</strong>cuciones.— Pensamientos de los personajes.— diálogo.—<br />
«Sobreentendido», complicidad, alusión, wderstatement.— Mentiras.— Nombres.—<br />
Personaje.— Mujeres.— Equipo, grupo.— Accesorio.— Tiempo.— Días y noches.—<br />
Montaje-<strong>se</strong>cuencia.— Lugares.<br />
Al igual que <strong>un</strong>a partida de damas <strong>se</strong> juega con <strong>un</strong> damero, con fichas negras y<br />
blancas, en <strong>un</strong> guión <strong>se</strong> juega con personajes, lugares, desarrollo temporal, diálogos,<br />
etc. Son elementos del guión. La relación que damos aquí no es limitativa, e incluso,<br />
podremos encontrar lo que hubiéramos considerado más adecuado para figurar en<br />
otros capítulos —pero esto no es muy importante; es necesario ver los límites, pero<br />
también la utilidad (para mayor claridad) de esta división en capítulos.<br />
1. HISTORIA Y NARRACIÓN<br />
• Una distinción necesaria<br />
... Es la que existe entre la historia propiamente dicha (es decir <strong>un</strong>a cosa tan tonta<br />
como «lo que ocurre» cuando <strong>se</strong> expone <strong>un</strong> guión en extensión, <strong>se</strong>gún el orden<br />
cronológico), y el otro plano, que podemos llamar narración, pero que otros llaman:<br />
relato, discurso, construcción dramática, etc., y que remite al modo en que es contada<br />
la historia. Entre otras cosas, la manera en que los acontecimientos y los datos de la<br />
historia <strong>se</strong> dan a conocer al público (modos del relato, informaciones ocultas, luego<br />
reveladas, utilización de los tiempos, elipsis, reiteraciones, etc.). Este arte de la<br />
narración puede, por sí solo, dar cierto interés a <strong>un</strong>a historia carente de sorpresas. A la<br />
inversa, <strong>un</strong>a mala narración estropea el interés por <strong>un</strong>a buena historia, cosa que puede<br />
experimentar cualquiera cuando <strong>se</strong> esfuerza por alcanzar el éxito con <strong>un</strong>a «historia<br />
divertida»(?)<br />
Los formalistas rusos (Chlovski, Tomachevski, Propp, Eikhenbaum) ya habían aislado,<br />
en su estudio sobre los cuentos y los relatos populares, las nociones de fábula («lo que<br />
ha ocurrido, de hecho») y de sujeto («el modo a través del cual el lector llega a<br />
conocerlo»). Émile Benvéniste (Problémes de linguistique genérale, 237-50), expresa<br />
esta distinción en términos de historia por <strong>un</strong> lado (argumento, lógica de las acciones,<br />
lo que hoy llamamos «diégesis»), y discurso por otro (tiempos, aspectos, modos del