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136 BOLETÍN DE LA ACADEMIA COLOMBIANA
cretísimos académicos de Argamasilla», en particular el Burlador, académico
argamasillesco, que dedica a Sancho Panza, el soneto que concluye:
¡Oh vanas esperanzas de la gente!
¡Cómo pasáis con prometer descanso,
Y al fin paráis en sombra, en humo, en sueño!
Al reiterar una vez más mi gratitud y reconocimiento por la distinción
otorgada, imposible no repetir y unirme integralmente a los
nobilísimos anhelos del inminente académico y humanista, monseñor
Rafael María Carrasquilla:
¡Conceda Dios a la Academia Colombiana largos años de vida, y
bendiga sus labores para que lejos de aflojarse se estrechen más
y más los lazos que unen a todos los países hispanoamericanos
entre sí y con la madre España, la patria de Quesada y Las Casas!
Y de mi parte, imposible echar al olvido que «la enfermedad y la
vejez tienen también sus prodigios, y reciben del sueño otras formas
de bendición». Y entre éstas, la gracia que ahora vivo y me da la inmensa
satisfacción de musitar este dístico de tan ineluctable realidad:
Te presta el mundo prendas que es preciso devolver
Y de la lozanía de la vida pronto se alejará el verdor.