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HOMENAJES
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Popayán. Redactó el periódico El Escolar, fundó las primeras escuelas
nocturnas para obreros y trabajó en la redacción del mejor Código de
instrucción pública que hubo entonces en Colombia. Reedita con César
Conto presidente del Estado Soberano del Cauca, El Programa Liberal, y
participa en una de las batallas más sangrientas de la guerra civil entre
conservadores y liberales, la de los Chancos, que concluyó con la victoria
radical. En 1877 se ocupa intensamente de la educación primaria y secundaria
del Cauca. Lo nombran secretario del gobierno de este departamento,
defiende a los indígenas y ataca a los conservadores y al clero
reaccionario; renuncia a la secretaría de gobierno y pasa a la Cámara de
Representantes como diputado radical» (Mora, www).
Volvemos con monseñor Romero quien nos declara que al final de su
vida, renació en su alma la fe de sus mayores y nos trae el relato de Mario
Carvajal, que dice: «El mismo padre Jesús María Restrepo, a quien había
llamado, le lleva luego el viático. Cortejo de amigos y vecinos acompaña
el Sacramento. En la alcoba se ha dispuesto un altar, blanco y breve como
el del aposento de María. El poeta aguarda incorporado en las almohadas
del lecho. Casi desaparece el rostro bajo la crecida melena, no ya
entrecana como el rescoldo de la hoguera, sino de lino como el cabezal
en que reposa. El espeso bigote cae vencido, como el penacho de una
palma bajo el soplo del huracán. Conmuévelo visiblemente una emoción
profunda. Dijérase que el peso mismo de la Eucaristía va a quebrar
la caña de su vida. / El sacerdote lo interroga ritualmente acerca de la fe
en la divinidad de Jesucristo, presente en la hostia que va a darle. / La voz
del moribundo adquiere un ímpetu inesperado. El corazón golpea con
acentos arcanos las sílabas de la respuesta memorable: / -Sí. Creo en Él y
su divinidad. Soy de su raza, y confío en su misericordia infinita» (Carvajal,
citado por Romero 1990, 15).
El poeta falleció en Ibagué el 17 de abril de 1895. El gobierno colombiano
presidió en aquella época Miguel Antonio Caro ignoró su
fallecimiento. Más tarde, en cumplimiento de su voluntad, sus restos
fueron trasladados al cementerio de Medellín.
3. La poesía
Antes de escribir María, Isaacs había leído sus primeros poemas en
la tertulia de «El Mosaico», pero el éxito editorial de la novela eclipsó
durante largo tiempo el valor de sus producciones poéticas hasta el
punto de que muchas permanecieron inéditas.