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BOLETÍN DE LA ACADEMIA COLOMBIANA<br />
en 1923, seguía siendo el poeta más popular y querido especialmente<br />
por las gentes humildes, sencillas, pobres, que repetían de memoria<br />
sus versos e interpretaban sus canciones, como la muy discutida «Flores<br />
negras» que para los colombianos ha sido como un himno nacional:<br />
Oye: Bajo las ruinas de mis pasiones, / en el fondo de esta alma<br />
que ya no alegras, / entre polvo de ensueños y de ilusiones, / brotan<br />
entumecidas mis flores negras…<br />
De ahí que, con el paso del tiempo, Gloria no pudo menos que sucumbir<br />
ante los encantos de «Julio» (según lo llama con familiaridad).<br />
Y fue así como empezó a leer, con pasión, su obra literaria, consciente<br />
de ser ella precisamente, por el cercano parentesco que los unía, la<br />
persona indicada para realizar ese trabajo, ahondar en su vida (tan llena<br />
de sombras) y explorar su universo poético, descubriendo aquí y<br />
allá los valores tanto humanos como estéticos, artísticos, que ni sus<br />
peores enemigos podían negarle o desconocer.<br />
Más aún, por eso decidió estudiar Filosofía y Letras en la Universidad<br />
de los Andes, donde llegó a recibir su primera clase cuando acababa<br />
de dejar a su hijo pequeño -quinto y último de su primer matrimonioen<br />
las puertas de la escuela.<br />
Su propósito era, entonces, obvio: dedicarse a la literatura, no tanto<br />
a las cuestiones filosóficas, y en especial a la vida y obra de Julio Flórez,<br />
más aún cuando empezó a descubrir su amor por el lenguaje, por las<br />
palabras y por el arte en general, heredado también de su madre y, por<br />
ende, del gran poeta chiquinquireño (cuya casa natal, con el tiempo,<br />
se fue convirtiendo en sitio de peregrinación, similar al de la imponente<br />
basílica con su Virgen milagrosa).<br />
De este modo fue surgiendo, poco a poco, su extensa biografía, cuyo<br />
título estaría precedido, en forma inseparable, por el principio de uno<br />
de los más famosos versos de la poesía colombiana: Todo nos llega<br />
tarde…, ¡hasta la muerte!.<br />
El poeta más popular<br />
Para esta sobrina nieta con sus más de ochenta años encima, Julio<br />
Flórez fue ante todo un poeta popular. Incluso asegura que lo fue, con<br />
mayor razón, por ser romántico a carta cabal, de pies a cabeza, en el