16.07.2018 Views

275-276

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

52<br />

BOLETÍN DE LA ACADEMIA COLOMBIANA<br />

Ello se debe, en su opinión, a la descripción minuciosa, al énfasis en<br />

los detalles, y al hecho de pasar la realidad física, objetiva, por el filtro<br />

subjetivo del autor, quien ofrecía finalmente un mundo creado por él,<br />

idealizado, que cautivaba a los lectores hasta alcanzar una experiencia<br />

casi mística, religiosa.<br />

En tales circunstancias, el resultado último no podía ser otro que «la<br />

realidad idealizada de España, del alma castellana», aquella que en sus<br />

«Lecturas españolas» redescubrió en autores clásicos de su país, vistos<br />

también desde una perspectiva personal, fundamento por excelencia<br />

de su crítica literaria.<br />

En efecto, él se oponía a la visión tradicional, estática, de «cosas<br />

muertas, sin alma», que prevalecía sobre los clásicos, la cual estaba<br />

signada por el dogmatismo y los estereotipos; prefería, en cambio, romper<br />

con su pasividad y ser un actor más en la lectura, en estos viajes a<br />

través de los libros, actitud que a su vez reclamaba de los demás, comenzando<br />

por los propios escritores.<br />

Una verdadera revolución en el campo de la crítica literaria, sin<br />

duda.<br />

Otras opiniones<br />

«Nadie ha visto a España con más detalle, con más amor, con más<br />

ternura», dijo de Azorín su amigo y gran conocedor de su obra, Julián<br />

Marías, quien subrayaba —recordó Vergara Silva al cerrar su intervención<br />

en torno a la visión que de él tenían otros escritores— su técnica<br />

del detalle sugestivo, basada «en decir una cosa después de otra, no<br />

una dentro de otra», de la cual surgía su extraordinaria «evocación del<br />

pasado».<br />

Por su lado, Pío Baroja, quien compartía el puesto de honor en la<br />

Generación del 98, hacía énfasis en su generosidad, al tiempo que Ortega<br />

y Gasset hablaba de su «lenguaje intimista», «donde lo minúsculo<br />

es lo más grande, y lo grande, mero ornamento».<br />

Vicente Aleixandre, por último, añoraba el encuentro personal con<br />

él al final de su vida, en una sala discreta, ya anciano, delgado, quien<br />

avanzaba suavemente y, sentado luego en su sillón, dialogaba con el<br />

visitante, rindiendo culto a la palabra.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!