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BOLETÍN DE LA ACADEMIA COLOMBIANA
de los campos» 1 como escenario para los enamorados y, en este sentido,
tuvo una gran influencia en el estilo de Julio Flórez y de Jorge
Isaacs. Sabido es que la naturaleza americana, por su exhuberancia y
variedad, es distinta a la de otras latitudes. Tomás Moro creyó encontrar
el paraíso en estas tierras y este hecho ha sido determinante para
nuestra sicología y nuestra producción literaria. Novelas como María
o La Vorágine, no hubieran podido escribirse fuera del territorio americano.
Así, aunque la inspiración viniera de Europa, la escuela romántica
francesa encontró su mejor acogida en nuestra tierra.
En cuanto a lo político esa tendencia surge no solo para imponer
ideas de libertad, sino también de nacionalidad. De ella se derivan
el concepto de patriotismo, el orgullo de la raza y el auge del
mestizaje. Al finalizar el siglo XIX en Colombia, la lucha entre los
radicales y la hegemonía conservadora denominada la Regeneración,
ocasiona una serie de conflictos que influyen en nuestros escritores.
Flórez, rebelde por naturaleza y aunque nace en un hogar
cristiano de las más rancias costumbres, poco a poco se convierte en
un ideólogo liberal que propenderá más adelante romper con los
cánones de la Regeneración.
La Gruta simbólica, emblemática tertulia, dio origen a una singular
concentración de escritores en esa época, pues produjo una especie de
evasión para muchos intelectuales, que encontraban en dichas reuniones,
no solo una manera de escapar al tedio de una ciudad prácticamente
sitiada por la guerra civil, sino de dar rienda suelta a toda clase
de comentarios surgidos de esta nefanda situación y al mismo tiempo
a la creatividad literaria. Luis María Mora, uno de los más importantes
orientadores de estos cenáculos, refiere en su libro Los contertulios de
la Gruta Simbólica los pormenores de estos eventos. A ella pertenecieron
Julio Flórez, Aquilino Villegas, Víctor M. Londoño, Clímaco Soto
Borda, Ignacio Posse Amaya, Manuel María Mallarino, entre otros, y
hubo un buen número de invitados importantes como Guillermo Valencia
y Rafael Pombo. Allí surgían la improvisación, el humor, la música
y hasta la representación teatral, pues en la casa había un salón
reservado para ello. No faltaban, desde luego, el licor y la bohemia.
Entre estos contertulios se destacaba Julio Flórez.
1. Maya Rafael. Aspectos del romanticismo en Colombia en Obra Crítica. Biografía, selección
y presentación por Cristina Maya. Bogotá, Banco de la República, 1982, pág. 135.