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HOMENAJES<br />
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pleno sentido de la expresión, como entonces lo eran las mayorías populares,<br />
fueran niños, jóvenes o viejos.<br />
Pero, fue también popular -agrega- por su poesía social, de la que<br />
tampoco estaban excluidas, ni mucho menos, las cuestiones políticas,<br />
partidistas, como digno representante del liberalismo radical del siglo<br />
XIX, legado recibido de su padre, Policarpo María Flórez, y compartido<br />
con sus hermanos, habiendo llegado a pagar por ello en la cárcel (Alejandro<br />
y él mismo) o con la vida (Leonidas).<br />
De otra parte, la enorme popularidad de que gozó «Julio» durante<br />
su vida se debe -explica- a que su lenguaje les llegaba con facilidad a<br />
los sectores populares, en particular a los estratos bajos de la población<br />
azotados por la pobreza, quienes se conmovían con sus estrofas<br />
hasta lo más profundo del alma.<br />
Y aún cuando él abordaba complejos temas filosóficos (la vida y la<br />
muerte, Dios y el amor, la soledad y el olvido…), las personas más humildes<br />
los comprendían, haciéndolos suyos e identificándose con su<br />
autor, por pesimista que fuera:<br />
A veces melancólico me hundo / en mis noches de espantos y miserias, / y<br />
caigo en un silencio tan profundo / que escucho hasta el latir de mis<br />
arterias.<br />
Más aún: oigo el paso de la vida / por la sorda caverna de mi cráneo / como<br />
un rumor de arroyo sin salida, / como un rumor de río subterráneo.<br />
Entonces, presa de pavor y yerto / como un cadáver, mudo y pensativo, /<br />
en mi abstracción, a descifrar no acierto / si es que dormido estoy o estoy<br />
despierto, / si un muerto soy que sueña que está vivo, / o un vivo soy que<br />
sueña que está muerto.<br />
Su popularidad fue total, absoluta, como ningún otro poeta colombiano<br />
la ha tenido, pues nadie ha logrado conmover en esa forma,<br />
hasta el llanto, a quienes lo escuchaban.<br />
Eso pasaba acá, en nuestro país, pero también en el exterior y, de<br />
manera especial, en lo que sucedió durante su histórica gira por<br />
Centroamérica, donde en cada estación del tren que lo llevaba se convertía<br />
en una multitudinaria recepción que al verlo estallaba de júbilo,<br />
en medio de aplausos, al tiempo que lo alzaban en hombros, como un