Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
104/176<br />
sea en el último momento, les gustaría recibir de los padres<br />
moribundos la aprobación que no han sentido en toda su vida.<br />
Dagmar me escribió:<br />
«Cada vez que hablo con mi madre siento que un veneno recorre<br />
mi <strong>cuerpo</strong> y forma una úlcera, pero no puedo verlo<br />
porque, si lo veo, tengo sentimientos de culpa y entonces la úlcera<br />
empieza a supurar, y entro en estado depresivo. Así que<br />
vuelvo a intentar aceptar mis sentimientos y me digo a mí<br />
misma que tengo derecho a sentirlos, a ver la intensidad de mi<br />
irritación. Cuando hago esto, cuando acepto mis sentimientos,<br />
aunque éstos raras veces sean positivos, recobro el aliento.<br />
Empiezo a darme permiso para ser leal a mis verdaderos sentimientos.<br />
Cuando lo consigo me siento mejor, más viva, y la depresión<br />
desaparece.<br />
»Y, sin embargo, contra mi propia voluntad, trato continuamente<br />
de entender a mi madre, de aceptarla como es y de perdonarle<br />
todo. Algo que cada vez pago con depresiones. No sé si<br />
este razonamiento basta para curar las heridas, pero me tomo<br />
mis experiencias muy en serio. No como mi primera terapeuta.<br />
<strong>El</strong>la quería mejorar a toda costa mi relación con mi madre. No<br />
podía aceptarla tal como era. Yo tampoco. Pero ¿cómo voy a respetarme<br />
a mí misma sin tomar en serio mis verdaderos sentimientos?<br />
Porque entonces no sabré quién soy ni a quién respeto».<br />
Este deseo de ser diferente para facilitarles la vida a los padres<br />
ancianos y, finalmente, obtener su amor es comprensible, pero<br />
demasiadas veces entra en contradicción con la necesidad genuina,<br />
apoyada por el <strong>cuerpo</strong>, de ser fiel a uno mismo. Creo que el<br />
respeto a uno mismo se desarrollará de manera automática en<br />
cuanto dicha necesidad pueda satisfacerse.