Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
111/176<br />
hacía unos cuantos meses me pinchaba de nuevo heroína a diario,<br />
a menudo junto con cocaína».<br />
Así se aseguraba el equilibrio.<br />
«Durante casi dos años todo había ido bien, esta vez sí. Entretanto,<br />
escribía para las revistas más interesantes del país, lo<br />
que ganaba era aceptable y en verano me había trasladado a un<br />
espacioso piso en un edificio antiguo. Y, lo que quizás era más<br />
importante, me había vuelto a enamorar. Esa noche, poco antes<br />
de Navidad, el <strong>cuerpo</strong> de mi novia yacía sobre el suelo entarimado<br />
y se revolvía debajo de mí: mis manos estaban en su<br />
cuello.<br />
»Unas manos que pocas horas antes me había esforzado con<br />
desesperación por ocultar. Estaba sentado en la suite de un<br />
hotel entrevistando a uno de los directores de cine más famosos<br />
de Alemania. En los últimos tiempos me había visto obligado a<br />
pincharme en las pequeñas venas del dorso de mis manos y en<br />
los dedos, ya que tenía las de los brazos completamente destrozadas.<br />
De modo que mis manos parecían garras salidas de una<br />
película de terror; estaban hinchadas, inflamadas, llenas de picotazos.<br />
Sólo me ponía jerséis de manga muy larga. Por suerte,<br />
era invierno. <strong>El</strong> director tenía unas manos bonitas y alargadas.<br />
Manos que movía sin parar. Que jugaban con mi grabadora<br />
mientras pensaba. Unas manos con las que parecía que daba<br />
forma a su mundo.<br />
»Me costó concentrarme en nuestra conversación. Había<br />
tenido que viajar en avión y el último chute me lo había inyectado<br />
hacía muchas horas, antes de despegar. Meter heroína<br />
en el avión me había parecido demasiado arriesgado. Además,<br />
estaba tratando al menos de controlar mi consumo comprando<br />
al día una cantidad determinada. Por eso, el final de la jornada