Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
2<br />
En el tiovivo de los sentimientos<br />
Hace algún tiempo pasé por delante de un tiovivo y me quedé un<br />
rato allí, de pie, disfrutando de la alegría de los pequeños. La verdad<br />
es que era, sobre todo, alegría lo que se reflejaba en los<br />
rostros de esos niños de aproximadamente dos años. Pero no vi<br />
sólo alegría. En algunos se percibía con claridad el miedo de ir a<br />
esa velocidad sin compañía y sentados al volante de los cochecitos.<br />
Se percibía algo de miedo, pero también el orgullo de ser<br />
mayores y por conducir, así como la curiosidad de qué vendría a<br />
continuación, la intranquilidad de no saber dónde estaban sus<br />
padres en ese momento. Realmente podía observarse cómo todos<br />
esos sentimientos iban sucediéndose y poniéndose de manifiesto<br />
en la vorágine del movimiento. Al irme de allí no pude menos de<br />
preguntarme qué le sucede a un niño pequeño de entre uno y dos<br />
años cuando su <strong>cuerpo</strong> es utilizado para las necesidades sexuales<br />
del adulto. ¿Cómo se me ocurrió esta idea? Tal vez porque la<br />
alegría que mostraban esos niños me produjo tensión y desconfianza.<br />
Pensé: «Dar tantas vueltas rápidas en círculo podría resultarles<br />
extraño, inusual y angustioso a sus <strong>cuerpo</strong>s».<br />
Cuando bajaron, me parecieron preocupados y desconcertados.<br />
Todos los niños se abrazaron con fuerza a sus padres. Quizá,<br />
pensé, esta clase de sensación placentera no sea en absoluto adecuada<br />
para un alma infantil, quizá no sea natural. Es un montaje<br />
artificial con el que hay gente que hoy día gana dinero. Y volví de